Una empresa nacional lleva a cabo una investigación con el fin de crear carne sin la necesidad de matar animales. Se trata de una técnica de cultivo de tejidos que se enmarca dentro de la llamada agricultura celular y que promete una producción de alimentos con mejores cualidades nutricionales y con menor impacto para el planeta.
En varias partes del mundo se llevan a cabo investigaciones para obtener carne cultivada. Pero, ¿qué es esto? No se trata de una carne sintética ni de origen vegetal (como se prueba en otras líneas de estudio),sino que es el resultado del cultivo en laboratorio de pequeñas muestras de tejido animal.
La técnica consiste en tomar una minúscula parte de carne animal y reproducirla para lograr un mayor volumen de ese producto. “Con un centímetro cuadrado de carne, se pueden generar kilos de este producto”, indica Laura Correa, coordinadora de la División Bioingeniería del laboratorio que lleva adelante el trabajo.
El proceso que permite realizar esto deriva de la agricultura celular, que es una disciplina que busca generar tejidos en un laboratorio con un fin alimenticio. Esta técnica se tomó de la ingeniería de tejidos, área de investigación que tiene como objetivo generar tejidos para trasplantes.
¿Quiénes trabajan en el tema en Argentina?
La empresa que está detrás de este desarrollo en nuestro país se llama B.I.F.E (Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados) y surgió en 2016 como parte de la División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri.
Es la primera compañía argentina que utiliza técnicas de cultivo celular para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional.
Esta startup se inició con el objetivo de preservar la salud a largo plazo, evitar la degradación excesiva de los recursos naturales y contribuir al cuidado del medio ambiente.
En el mundo hay cerca de 30 emprendimientos similares y B.I.F.E. es la pionera por estas tierras. Luego de 5 años de investigación, realizó una degustación privada y se convirtió en la primera empresa en Latinoamérica en hacerlo.
La degustación
Tras investigar desde 2016, el pasado 2 de julio, en B.I.F.E. realizaron su primera degustación privada, hecho que fue celebrado desde la empresa.
En el evento estuvo presente, Juan Craveri, fundador de la compañía y presidente de Laboratorios Craveri. Su evaluación al probar la carne cultivada fue: “el aspecto del producto obtenido fue similar al de un nugget, crujiente por fuera y suave por dentro. La carne tenía buen sabor”.
Esta primera prueba se realizó con carne cultivada bovina.
Las degustaciones de este tipo de productos han sido muy escasas en el mundo, hecho que resalta la importancia de este desarrollo argentino.
El objetivo de la empresa es que la carne cultivada coexista con la tradicional. Esperan en 5 años tener un producto instalado y con precio competitivo. El desafío a resolver es la escala de producción. Están trabajando para generar la tecnología adecuada para automatizar su producción.
¿Qué ventajas tiene la carne cultivada?
Los investigadores a cargo de este desarrollo destacan el alto valor proteico y nutricional de la carne cultivada. Aseguran que es una alternativa saludable ya que da una notoria reducción de la incidencia de enfermedades de origen animal debido a que se produce bajo estrictas reglas de control de calidad que no se pueden aplicar a la producción de ganado tradicional.
Además, sostienen que esta técnica brinda la posibilidad de controlar por ejemplo la cantidad de grasa que contiene la carne y hasta de agregar vitaminas y otros nutrientes.
La producción de carne cultivada se plantea como una alternativa sustentable para resolver la creciente necesidad de alimentos en el mundo. No requiere sacrificio animal, no se generan desperdicios porque no se cultivan partes no comestibles como hueso, el sistema nervioso, respiratorio o digestivo y tiene un menor impacto ambiental. Desde la empresa aseguran que disminuye un 45% el consumo de energía, requiere un 99% menos de terreno y reduce un 96% la emisión de gases de efecto invernadero. Además, utiliza un 96% menos de agua.
La carne cultivada no está modificada genéticamente, ya que es producto de la multiplicación in vitro de las mismas células que producen la carne en el animal, y es libre de antibióticos y hormonas.
¿Será este el futuro del asado?