Niksen es un concepto holandés que cobró relevancia en la pandemia y que nos invita simplemente a “no hacer nada”. ¡Sí, nada más y nada menos que eso! Para que poner en práctica esta filosofía sea más fácil podemos acompañar desde la decoración de nuestra casa.
Los que promueven el concepto Niksen lo describen como el maravilloso arte de no hacer nada. Se trata de una filosofía surgida en Holanda que, quienes la practican, indican que reduce el estrés ya que nos permite por unos momentos parar, olvidarnos del ritmo acelerado del día a día y de las obligaciones para dejar nuestra mente en calma.
Sus seguidores afirman que dejando la mente volar (¡imprescindible tener lejos celulares, tablets y demás!) se logra encontrar respuesta a los problemas y aparecen nuevas ideas.
La decoración de nuestra casa puede ayudarnos a practicar el Niksen. Para ello hace falta tener en cuenta algunos tips:
- La idea general será la de crear un clima de relax y desconexión. Puede ser en toda la casa, en un ambiente o sólo en un rincón especial para esto.
- Los muebles, materiales y texturas deben ayudarnos a lograr la calma y relajación.
- En cuanto a muebles, será mejor elegir piezas de puntas redondeadas y formas orgánicas, en lugar de unos con ángulos duros y rectos.
- Es imprescindible un lugar cómodo donde sentarnos. Para ello lo mejor serán sillones mullidos, pufs bien acolchados o mecedoras al mejor estilo “abuelita”.
- Las fibras naturales y la madera son dos materiales que nos darán la posibilidad de conectarnos con la naturaleza y ayudarán a relajarnos.
- ¡Sí a las plantas!
- Los textiles son grandes aliados. Buscar aquellos que nos brinden calidez, sencillos, cómodos y que se nos produzcan una sensación agradable.
- Para el dormitorio buscar una decoración despojada y simple. En el baño, la estrella será una bañera.
- Los colores también nos ayudarán a lograr esta estética que invita a parar: colores cálidos y tranquilos, mucho blanco, también tonos arena, rosa desde el empolvado hasta el borravino o cualquier gama que nos produzca una sensación placentera.
La idea es lograr un minimalismo cálido, con una sensación de amplitud y orden que nos resulten confortables y nos ayuden a “no hacer nada”.
