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Los muebles de cuero son especiales y realzan cualquier ambiente. Desde un sofá o silla  hasta un respaldo de cama, estén donde estén se destacan. Pero, como se trata de un material natural, es necesario cuidarlo para que mantenga todo su esplendor.

 

Para que nuestros muebles de cuero permanezcan con la belleza del primer día, es necesario tener algunos cuidados.

Al tratarse de un material natural, con el tiempo puede ir perdiendo brillo y agrietándose. Si bien, algunas huellas de envejecimiento darán al cuero un toque especial, otras pueden hacer que no nos brinden el confort que necesitamos.

Lo primero para mantener nuestros muebles de cuero en condiciones es la limpieza.

Cuando algún líquido, comida o producto se derrama sobre esta superficie debemos procurar limpiarlo en el momento. De este modo evitaremos que la mancha quede impregnada en el cuero.

Para hacerlo, debemos usar un paño limpio y seco o sólo apenas húmedo. ¡El agua es enemiga del cuero! Así que nada de intentar “lavar” la mancha. Evitemos usar jabón, detergente, solventes o cualquier producto de limpieza común que no sea apto para cuero. Tampoco hay que frotar la zona, ya que esto puede quitar el color o esparcir la mancha.

Si esto no sucede, algo que inevitablemente pasará es que se acumule polvo sobre ellos. Por lo tanto el primer paso de la rutina de mantenimiento es quitar la tierra con un paño seco una vez a la semana. Junto con esto será necesario aspirar la superficie poniendo énfasis en las costuras y rincones donde se acumula suciedad y no se puede quitar fácilmente con el paño.

Como segunda medida, será necesario que hidratemos el cuero. Debemos elegir un acondicionador especial para este material y aplicarlo cada 6 o 12 meses. También pueden aplicarse productos para impermeabilizar que evitan que las manchas se impregnen. Se usan al menos una vez al año y son de fácil aplicación ya que vienen en crema.

 

Cuidado con el calor

Una de las mejores medidas para proteger nuestro cuero es cuidarlo del sol y del calor. Estos agentes pueden decolorarlo, resecarlo y resquebrajarlo.

Es por ello que al ubicar los muebles de este material debemos colocarlos a más de 60 centímetros de distancia de una fuente de calor (radiador, calefactor, chimenea) y también de la caída del aire acondicionado (lo seca). Evitar también que estén cerca de una ventana para que el sol no los arruine.

 

Otros consejos

Ya te contamos que debemos evitar usar cualquier producto de limpieza común sobre los muebles de cuero. Cada cosa que apliquemos sobre ellos debe ser específica para este material.

Siempre que probemos un producto nuevo, hacerlo en un área oculta para comprobar que no se decolore ni marque.

Cuando el cuero se mancha con aceites o sustancias grasas, lo que debemos hacer es limpiar el exceso con un paño limpio y seco y dejarla. Con el tiempo se absorberá y desaparecerá por sí sola.

Para solucionar rasguños leves debemos pasar una gamuza de manera suave sobre la marca. Si no se resuelve, se puede usar un poco de cera natural o hasta pomada de zapatos del color del mueble. En este último caso, evitar aplicarla en zonas de asiento ya que pueden mancharnos la ropa.

En el uso, tenemos que tratar de no sentarnos con prendas que tengan cierres o remaches que puedan rayar la superficie y no utilizar cerca de ellos objetos punzantes.

¡Mucho cuidado con las tintas! El cuero puede absorber fácilmente los tintes, por lo cual no debemos colocar materiales impresos sobre él. La tinta puede transferirse y dejar manchas que son muy difíciles o imposibles de sacar.

Cuando tenemos muebles de cuero con pelo, solo debe limpiarse con cepillo y aspiradora, no es necesario aplicarles crema protectora.

Siguiendo estos cuidados, podremos disfrutar de nuestros amados muebles de cuero por mucho tiempo, como si fueran nuevos.

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