Hay un nuevo estilo decorativo que viene tomando fuerza en los últimos años: el Wabi Sabi. Se basa en una filosofía japonesa y resalta las huellas del paso del tiempo en los objetos que nos rodean. Una decoración simple y natural para crear un ambiente único.
La filosofía japonesa llamada Wabi Sabi tiene como principio elemental que nada dura, nada está terminado y nada es perfecto. De esa corriente filosófica tomó el nombre un nuevo estilo decorativo que gana seguidores en los últimos años.
Se trata de espacios donde reinan la sencillez y la naturalidad, la perfección se deja de lado y se valoriza la pátina y las marcas que deja el paso del tiempo en los materiales.
No se le da la espalda a las imperfecciones, se las celebra y no se corrigen ya que son la muestra de la historia de los objetos y forman parte intrínseca e inherente de los mismos.
Es una estética llena de calma y autenticidad, en la que se conservan y destacan piezas y objetos que reflejen el trascurrir de la vida. No se trata de llenar nuestra casa de objetos viejos y en mal estado, si no de elegir piezas antiguas que estén en condiciones y que presenten rasgos únicos adquiridos por el paso del tiempo.
Las claves de la decoración Wabi Sabi
El Wabi Sabi le da la bienvenida a la imperfección y despide a lo lineal y geométrico. Se destaca por sus textiles con arrugas y sus superficies no tan lisas e impolutas.
Las paredes en este estilo están despojadas, desnudas, sin ornamentaciones, cuadros, objetos o ilustraciones.
Los ambientes son simples y cálidos y en tonos neutros como los arenas, topos, grises, blancos y beiges.
En esta deco tiene gran protagonismo lo artesanal: vajilla hecha a mano, jarrones, maderas con imperfecciones, muebles donde se note la veta de la madera, etc.
Los materiales se utilizan casi sin tratar e incluyen madera, piedras, fibras naturales y textiles como algodón, lino o lana.
Un estilo que revaloriza lo auténtico de cada objeto y la personalidad que el tiempo va imprimiendo en cada uno de ellos.