Si bien debemos usarlas todo el año, estamos en temporada alta de gafas de sol. Proteger nuestros ojos de los rayos solares es muy importante para prevenir problemas en la vista que pueden llegar a ser serios. Pero, ¿qué tenemos que tener en cuenta para elegir un anteojo de sol?
Los anteojos de sol son un accesorio infaltable del verano. Pero no se trata solo de un ítem de moda sino que cumplen una función fundamental para la salud de nuestros ojos. Los rayos solares pueden dañar nuestra visión muy seriamente y es por ello que debemos resguardarla de ellos. Una medida para lograrlo es el uso de gafas especialmente diseñadas para impedir que la radiación del sol llegue a nuestros ojos.
A la hora de elegir un anteojo de sol hay algunos tips que tenemos que tener en cuenta:
- Será bueno realizar una consulta previa con el oftalmólogo para que nos indique si nuestro anteojo de sol debe llevar corrección óptica o no.
- Es imprescindible que los cristales tengan filtro UV (tanto UVB como UVA), eso es lo que asegurará que nuestros ojos estén protegidos. No hay un cristal que pueda filtrar el 100 por ciento de los rayos por lo cual hay que evitar comprar aquellos que prometen esto o los que no especifican el grado de protección que poseen. Para asegurarnos la buena calidad del anteojo será indispensable adquirirlo en ópticas autorizadas.
- El anteojo debería ser oscuro. Lo cristales de colores no cumple bien su función de filtrar la luz solar. Para
poder comprobar que son lo suficientemente oscuros podemos hacer una prueba sencilla: colocarnos el anteojo y pararnos a 60 centímetros de un espejo. Si es adecuado no deberíamos poder ver nuestros ojos.
- Pensar en el uso que les vas a dar. El anteojo a elegir no será el mismo si le vamos a dar un uso general que si lo vamos a utilizar para esquiar, pescar o conducir.
- Las gafas más amplias y más curvadas nos dan una mayor protección contra la luz que nos llega por los costados.
- Comprobar que se ajusten bien en la zona nasal.
- Nuestras pestañas no deben rozar las lentes, ni el anteojo debe apoyar en nuestra mejilla.
Materiales
Tanto para los anteojos de sol como para los recetados hay dos tipos de cristales: orgánicos (acrílicos) y minerales (vidrio). Hoy en día no hay diferencias significativas de calidad entre ellos, pero si difieren en otras cuestiones. Los orgánicos se rayan con más facilidad pero es más difícil que se rompan y con los minerales sucede a la inversa.
Cuando vayamos a elegir nuestro anteojo de sol es recomendable buscar unos que sean polarizados. Este tipo de lentes no dan una visión con mejor contraste y definición. Además son muy cómodos dado que eliminan la luz reflejada y evitan el deslumbramiento.
Otra opción son las lentes fotocromáticas. Se trata de un tipo de cristal que se oscurece cuando se expone al sol y se aclara cuando está a la sombra. De esto modo, el color del anteojo se ajusta automáticamente a las condiciones de luz en las que nos encontramos. Son especialmente indicados cuando estamos en lugares donde la luz puede variar bruscamente.
Formatos
La elección del formato dependerá del gusto personal y de lo que nos quede más cómodo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que si el anteojo del sol tiene corrección óptica deberemos evitar los de tipo envolvente ya que, al curvarse el cristal, se genera un efecto de distorsión que genera incomodidad, mareos e intolerancia.
Más allá del anteojo que elijamos siempre debemos tener en cuenta que lo que nos asegura la protección es el aval de profesionales. Además, si bien el verano parece hacer más necesario su uso, debemos llevarlos todo el año, aun cuando esté nublado.