El aceite de oliva tiene muchas propiedades que pueden aportar a nuestra salud. Pero para que eso se dé debe ser de buena calidad. Te contamos cuáles son las claves principales para elegir un buen aceite de oliva.
A la hora de comprar aceite de oliva hay algunos puntos a considerar que nos aseguran que lo que vamos a consumir tiene la calidad adecuada.
En primer lugar está el tipo de aceite. El mejor aceite de oliva es el virgen extra ya que es el más natural. No ha pasado por ningún tipo de procesamiento.
La calidad variará también de acuerdo al tipo de aceitunas que se emplean, la composición del suelo en el que crecen, las circunstancias en las que han madurado estos frutos, la climatología y el punto de maduración de los mismos.
El aceite de oliva virgen extra es el único que nos asegura todos los beneficios que se nos brinda este producto. Las otras calidades tienen características similares a cualquier aceite que podemos consumir.
La denominación Virgen Extra se relaciona con la acidez del aceite de oliva, la cual indica la cantidad de ácidos grasos libres presentes en el producto. Como estos ácidos se liberan cuando la aceituna es defectuosa o se ha maltratado durante la recolección o el transporte, se considera que a menor acidez, mayor calidad del aceite.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que cuando hablamos de acidez no nos referimos a una características gustativa (no podremos percibirla en el sabor) si no que se trata de una medida bioquímica. El aceite virgen extra tiene una acidez máxima de 0,8 gramos cada 100 de producto.
Elaboración
Para que el aceite de oliva sea de buena calidad debe ser procesado en frío ya que cuando se utiliza calor para obtenerlo cambian sus propiedades.
Las máquinas tradicionales de prensado pueden producir oxidación en el líquido. Las actuales evitan este inconveniente, por lo cual deberemos buscar un aceite que se indique como
“primera extracción en frío” y no “prensado”.
Otro punto a favor es que el producto sea envasado en origen, ya que se previene la oxidación.
Antigüedad
Si hablamos de vinos, mientras más añejos mejor. Pero en el aceite de oliva esto no pasa. Con el tiempo este líquido pierde su sabor y aroma por lo cual debemos procurar que su fecha de envasado no supere un año.
Cuánto más próxima es la fecha de elaboración que encontramos en el envase, mejor calidad tendrá el aceite.
Envase
Si el aceite viene en una botella transparente es un no rotundo. Un buen aceite de oliva debe venir en un envase de vidrio oscuro o una lata ayuda ya que eso ayuda a conservar sus propiedades.
Factores que la afectan
El aceite de oliva pierde calidad con la luz (por eso los envases oscuros), el aire y las altas temperaturas. Es por ello que es importante ver las condiciones en que se exponen y almacenan en el punto de venta. Si hay una botellita que está en una vidriera o expuesta al sol, evitá llevarla a casa.
También es importante la manera en que lo conservamos una vez comprado. Debemos guardarlo en un lugar fresco y seco.
Características a considerar
- Olor: un buen aceite de oliva no huele a aceituna. Si es así, es porque su fabricación fue defectuosa (las aceitunas fueron dejadas al aire libre más de 24 horas, comenzando su descomposición). El olor correcto para un aceite de oliva de buena calidad es a hierbas, manzana verde, rúcula.
- Color: el color no define la calidad del aceite de oliva. Eso es dado por la variedad de fruto que se utilizó y otros factores, pero nunca determinan una mayor o mejor calidad. De hecho las catas de este producto se realizan en vasos oscuros. Sólo se centran en el sabor y los aromas.
- Sabor: es muy importante encontrar en boca un amargor. Esto indica que se ha obtenido de aceitunas verdes o en envero.
- Claridad: si el aceite de oliva se ve turbio, no debemos comprarlo. Debe ser nítido y brillante.
Precio
Este es un factor determinante. No se puede obtener un buen aceite de oliva por un bajo precio. Elaborarlo demanda un proceso que implica un importante costo y por lo tanto esto se traducirá al importe de venta del producto.
Pruebas de calidad
Hay dos pruebas que podemos hacer para saber si un aceite de oliva es de calidad.
- Colocar el aceite en la heladera. Si se solidifica, es porque es bueno. Y a no hacerse problemas, porque cuando
el aceite vuelve a temperatura ambiente recuperará su estado natural. ¡Hacé la prueba con tranquilidad!
- Si al probar el aceite (sola, sin ningún alimento), sentimos un picor en la garganta que nos hace toser, es porque es de excelente calidad. Esto se debe a los polifenoles que contiene. Estos componentes son antioxidantes naturales y proceden de la propia aceituna. Si el aceite es refinado se pierden los polifenoles y al saborearlo no sentiremos ese picor.
Toda la información sobre el aceite deberá estar en la etiqueta. Si el etiquetado no nos da los datos detallados deberemos desconfiar de su calidad.
¡A mirar con atención y disfrutar de este exquisito producto!