La cerveza es una bebida tan común que no se llevan a cabo muchos rituales ni se aplican conocimientos específicos a la hora de consumirla. Sin embargo, hay una forma correcta de servirla que nos ayudará a disfrutarla en toda su expresión y además ¡a no sentirnos hinchados luego de beberla!
No hay mejor plan con amigos (y hasta solos) que tomar una cerveza. Pero esta costumbre es tan cotidiana que muchas veces no tenemos en cuenta cuestiones más “técnicas” que nos van a ayudar a disfrutar mejor de lo que estamos bebiendo.
La primera recomendación de los especialistas es ¡no tomar de la botella! Esta costumbre no nos permite degustar correctamente la cerveza porque le agregamos temperatura y le quitamos efervescencia.
Lo mejor es servirla en un vaso que debe ser tipo jarra o bien uno amplio y bastante largo.
Algunos expertos recomiendan humedecerlo previamente. Esto hará que la cerveza no pierda gas y se deslice mejor al momento de servirla. Debemos hacerlo con agua fría y luego descartar el líquido.
Un punto en el que no hay acuerdo es sobre si hay que congelar o no el vaso. Mientras algunos sugieren que hay que colocarlo unos 10 o 15 minutos en el congelador antes de servir nuestra bebida, otros, como el tirador de cerveza español Javier Sánchez, dice que esto nunca debe hacerse. Como argumentos indica que los recipientes pueden tomar algún olor de la heladera y que además se crea en ellos una capa de hielo que altera el sabor de la cerveza y la diluye.
Habrá que hacer nuestras propias pruebas para comprobar quién tiene razón.
La mejor forma de servirla
Ahora sí llega la revelación que estábamos esperando. ¿Cómo es la manera correcta de servir la cerveza?
En primer lugar, hay que dejar de lado la conocida pregunta ¿con espuma o sin espuma? Según los especialistas, la cerveza siempre debe tener espuma.
Esta es una bebida carbonatada y para poder apreciar correctamente todos sus sabores, es necesario que al servirla en el vaso, ese gas se libere. De lo contrario, quedará en el líquido y ya te vamos a contar lo que eso provoca.
La forma correcta de servir cerveza es comenzar inclinando el vaso a 45 grados. La botella también irá inclinada. Giramos el recipiente mientras servimos y así lo hacemos hasta colocar las ¾ partes del contenido. Debemos dejar que la bebida corra por las paredes de la cristalería.
El cuarto de bebida que resta se sirve con el vaso totalmente derecho y dejando caer el líquido desde un poco más de altura para que se cree la espuma.
Sí o sí debe haber espuma. Es algo esencial para evitar que la cerveza se oxide y pierda gas carbónico. Lo ideal es que tenga unos 2 a 3 centímetros. Además la espuma nos ayudará a percibir el sabor dulce de la malta.
En cuanto a la temperatura, la recomendación es que esté fría. Sin embargo, según el tipo de cerveza, hay algunas variaciones. La rubia debería consumirse entre 5 y 8ºC, mientras que la negra, entre 8 y 12ºC.
Más espuma, mejor para nuestro estómago
Los especialistas dan otra razón de peso para que sigamos su recomendación de generar espuma en la cerveza al servirla.
Si no lo hacemos, el gas que se formó en la botella, queda en el líquido y se libera recién cuando llega a nuestro estómago y lo mezclamos con algunas de las comidas habituales que consumimos junto con esta bebida. Esta es la razón por las que algunas personas pueden sentirse hinchadas al beber cerveza.
Si al servirla vamos alejando poco a poco el vaso y terminamos de hacerlo con la botella en forma vertical, liberaremos el gas que formará la espuma. Esto ayudará a que esta acción no se produzca en nuestro sistema digestivo.