Está ampliamente difundido que la medida de agua a tomar por día es de 8 vasos. Pero, ¿es así para todos? Los especialistas refutan esta idea y nos dan pautas para hidratarnos de manera correcta.
Mantenerse hidratados es importante, pero ¿eso implica que tomar grandes cantidades de agua nos reporta más beneficios? Quienes estudian este tema indican que no y además agregan que los famosos 8 vasos por día no son lo óptimo para todos los casos.
Beber más agua no significa que vayamos a estar más sanos. Incluso hasta puede hacer que no nos sintamos bien. Si tomamos más de lo que nuestros riñones pueden procesar, los electrolitos de nuestra sangre pueden diluirse demasiado y eso podría hacernos sentir «apagados» o hasta incluso provocar una condición grave llamada hiponatremia, o «intoxicación por agua».
Muchas personas sanas consideran que su malestar se debe a la deshidratación y toman más agua. Pero es muy probable que se sientan mal porque están bebiendo demasiada agua. Por supuesto que hay casos de algunas enfermedades en concreto que sí se benefician con un mayor consumo de agua.
Los famosos 8 vasos
Según una nota publicada en Clarín, el Dr. Joel Topf, nefrólogo y profesor clínico adjunto de medicina en la Universidad de Oakland, en Michigan, “desde el punto de vista médico la medida más importante de la hidratación es el equilibrio entre electrolitos como el sodio y el agua en el cuerpo. Y no es necesario beber un vaso tras otro de agua durante todo el día para mantenerlo”.
Por su parte, según cita el mismo informe, Tamara Hew-Butler, científica del ejercicio y el deporte de la Universidad Estatal de Wayne en Detroit, afirma que la noción de los 8 vasos de agua por día como nivel óptimo de consumo, es un mito.
La cantidad de agua que necesitamos beber diariamente depende de factores como el tamaño de nuestro cuerpo, la temperatura exterior y la intensidad de la respiración y la sudoración.
Una persona de un determinado peso que corrió una larga distancia en un día caluroso no necesitará beber la misma cantidad de agua que otra que pesa lo mismo y que estuvo sentada durante toda su jornada laboral.
Otro punto que determina cuánta agua debemos tomar es la salud.
Los especialistas indican que la mayoría de las personas jóvenes y sanas, para mantenerse hidratadas, simplemente deben beber agua cuando tienen sed. En las personas mayores de 70 años puede que haya que prestar más atención porque la sensación de sed puede disminuir con la edad.
Tipo de bebidas
Los especialistas citados indican que, si bien el agua es, desde punto de vista nutricional la mejor opción para hidratarse frente por ejemplo a bebidas azucaradas, cuando se trata de hidratación, cualquier bebida puede añadir agua a nuestro cuerpo.
También podemos obtenerla de lo que comemos. Las frutas, las verduras y preparaciones como sopas y salsas, ayudan a la ingesta de agua.
En cuanto a las bebidas deportivas los profesionales indican que no hay ninguna razón científica para que la mayoría de las personas sanas tomen líquidos con electrolitos añadidos. Salvo que nos encontremos en una circunstancia particular, como hacer un ejercicio muy intenso en condiciones de calor o que hayamos sufrido fuertes vómitos y diarrea, no necesitamos reponer electrolitos con bebidas deportivas u otros productos que los contienen en gran cantidad. La mayoría de las personas obtenemos suficientes electrolitos de los alimentos.