Revista Vertice

Portada » Cambiar MI mundo para cambiar el mundo

Ya casi llegamos al final del año y comienzan los tiempos de balances. ¿Sentimos que hemos colaborado en la construcción de un mundo mejor? Para ayudar a esto no hacen falta siempre grandes acciones y hazañas de película. Pequeños actos de todos los días, en nuestro “mundo” cercano, pueden hacer que el cambio se expanda y alcance magnitud.

“A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota”, decía la Madre Teresa de Calcuta y de eso se trata: de ser gotas para el mar. Cada día, con nuestras acciones podemos cambiar el mundo. ¿Nosotros que no hacemos grandes proezas? ¡Sí, nosotros! Cada uno desde su lugar, desde SU mundo.

El bien se multiplica y siempre suma, por más pequeño que nos parezca lo que realizamos.

En esta edición, en que ya comenzamos a prepararnos para el final del año y antes de que nos “invada el espíritu de las fiestas”, queremos reflejar algunas acciones sencillas que podemos hacer todos los días para hacer del mundo un mejor lugar.

 

Medio ambiente

La primera acción que podemos hacer para mejorar nuestro planeta es la educación de las futuras generaciones. Iniciar a los más chicos en hábitos que contribuyan a cuidar el medio ambiente es una apuesta en la construcción de un futuro mejor que podemos hacer día a día con acciones cotidianas.

¿Cómo empezamos? ¡Actuando! Para los chicos no hay mejor enseñanza que la que ven, así que solo bastará con ponerse manos a la obra.

Algunas acciones sencillas que podemos incorporar en nuestro hogar son:

  • Separar la basura: todo lo que se pueda reciclar, que es una gran parte de lo que tiramos, no puede ir al tacho de basura. Plástico (de todo tipo), vidrio, aluminio, papel, cartón, pilas y más son recolectados en diversos puntos para ser reciclados. Destinar un espacio y recipientes específicos para este tipo de elementos nos ayudará en la tarea. Involucrar a los chicos en la separación y en el momento en que depositamos lo juntado en los lugares correspondientes, será una experiencia que los entusiasmará y la vez les dejará una gran enseñanza. Solo hay que probarlo para ver cómo “la bolsita” de basura que sacamos para que se lleve el recolector, se reduce drásticamente.

Te desafiamos a juntar en una recipiente el plástico que usamos en una semana. ¡No vas a poder creer la cantidad que es!

  • Elegir productos reutilizables como por ejemplo servilletas de tela en vez de las de papel y buscarle nuevos usos a elementos que solemos desechar.
  • Apagar las luces y evitar dejar aparatos enchufados: eso que tanto nos han repetido de niños, tenemos que continuar repitiendolo ahora. Le ahorraremos mucha contaminación al planeta.
  • Controlar el consumo de agua: cerrar la canilla cuando no la usamos, arreglar de inmediato grifos que pierden y otras pequeñas acciones nos ayudarán a no desperdiciar este valioso recurso.
  • Llevar nuestras bolsas reutilizables cuando hacemos compras: ¡más simple imposible!
  • Plantar árboles: todos conocemos los beneficios de los árboles para el planeta y para nosotros. Podemos sumarnos a organizaciones que hacen tareas de este tipo como por ejemplo Saving the Amazon, que nos invita a adoptar un árbol que se será sembrado en la Amazonía, uno de los principales pulmones del mundo. Pero también podemos plantarlos en nuestros hogares o en la ciudad. Será una hermosa experiencia para todos los que participen.

 

Familia

¡Cuántas pequeñas acciones podemos hacer en nuestra propia casa para crear un mundo mejor!

En primer lugar, podemos buscar crear el mundo que deseamos, en nuestro propio hogar. ¿Nos gustaría que la sociedad sea más respetuosa? Instalemos el respeto como forma de relacionarnos con nuestra pareja y nuestros hijos.

¿Nos cansa que la gente no sea amable? Seamos amables en casa, con los que tenemos cerca, en nuestra vida diaria… si cada uno es una gota en el “mar social”, poco a poco, la suma de todas esas gotas cambiará el mar.

En la relación con nuestros hijos, ¿nos detenemos a mirarlos, a saber qué sienten, qué les pasa? Muchas veces sus conductas tienen mucho para decirnos sobre su interior.

¿Cómo les hablamos?

Criar niños fuertes hará que sean mejores resolviendo sus conflictos. No les hará falta la violencia, el maltrato…

Algunas acciones cotidianas que podemos hacer con nuestros hijos para construir un mundo mejor son: detenernos a mirarlos (ver sus gestos, sus expresiones, qué dicen sus ojos, qué les interesa, qué les duele o les molesta), pasar tiempo con ellos (no es necesario que sea todo ni una gran cantidad, sino un tiempo en que nos hagamos totalmente presentes, en que estemos ahí no sólo corporalmente sino también con nuestra mente y nuestra alma), escucharlos (con el oído y el corazón abiertos), acompañar (desde el amor y el respeto, sin invadir).

La lista sigue… pero lo fundamental será que, como en otras acciones, los eduquemos con nuestro ejemplo. La reconocida psicóloga Maritchu Seitún nos invita a esto y nos dice que los chicos aprenden a respetar/amar/escuchar/etc.; siendo respetados/amados/escuchados.

Trabajo

Al igual que en otros ámbitos de nuestra vida, desde el trabajo podemos colaborar para tener un mundo mejor. Desde incorporar también aquí hábitos de cuidado del medio ambiente hasta cuestiones de relación con las personas que nos rodean.

¿Sabemos qué sucede en la vida de quien está en el escritorio de al lado? Podemos estar también dispuestos a una escucha activa y a brindar nuestra ayuda a esas personas con las que a veces pasamos más tiempo que con nuestras propias familias. Seguro haremos la diferencia.

¿Desarrollo de manera honesta mi trabajo? No se trata solo de no ser corrupto u otras “deshonestidades” más conocidas, si no de no utilizar a otros para mi propio provecho, de respetar el trabajo de los demás, de ofrecer lo que tengo para dar a otros, de buscar siempre hacer las cosas de la mejor manera posible.

En su declaración de este año por el Día Internacional del Trabajo, el Director General de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder, destacó el papel del compromiso compartido y la solidaridad para reconstruir los ambientes de trabajo, afectados por la pandemia. “Nadie está a salvo hasta que todos estemos a salvo”, indicó.

En este ámbito también, podemos ayudar a crear el “clima” que deseamos para así contagiar al mundo.

 

Nosotros mismos

Y para todo esto está la condición indispensable de trabajar en nosotros mismos… alimentar nuestro mundo interior nos ayudará a ser constantes en el cuidado del planeta, a poder criar hijos fuertes y respetuosos, a crear lazos de pareja basados en el respeto, a poder ser generosos y honestos en nuestro trabajo.

Buscar qué nos hace felices, cuál es nuestro propósito de vida, qué es lo que me impide realizarlo, nos ayudará a fortalecernos a nosotros mismos y así salir con paz a tratar de cambiar el mundo, cambiando nuestro mundo cercano, que aunque parezca pequeño no lo es.

“Construir un mundo mejor es mucho más sencillo de lo que parece, y empieza por ti mismo. Simplemente con los que te rodean” (Meirav Kampeas-Riess, autora de «El pequeño libro de los grandes valores”)

¿Lo intentamos?

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