El kimchi es un plato de origen coreano que se elabora a partir de la fermentación de algunos vegetales. Se lo considera un superalimento que se incluye dentro del grupo de los probióticos, los cuales aportan variados beneficios para nuestra salud.
El kimchi es un fermento originario de Corea. Se elabora en base a vegetales entre los que destaca la baechu o col asiática, un tipo de col rizada.
Esta comida fermentada surgió hace más de 1500 años como forma para conservar verduras durante los inviernos. Con el tiempo, se convirtió en un plato esencial de la cocina coreana y en un símbolo de la cultura de ese país. Tan es así que la UNESCO lo declaró, en el 2013, como Patrimonio Inmaterial.
Hoy existen más de 200 tipos de kimchi y según datos oficiales, los coreanos comen más de 20 kilos al año.
Esta preparación se utiliza principalmente para acompañar carnes y pescados.
Recientemente se aprobó una ley en nuestro país que declaró el 22 de noviembre como el día del kimchi como una forma de reconocer los aportes de la comunidad coreana a nuestro país.
Beneficios para la salud
Más allá de las tradiciones, el kimchi es considerado un súper alimento debido a sus excelentes propiedades nutricionales. ¿De dónde provienen sus beneficios?
Al tratarse de un fermentado es un probiótico, lo cual que significa que aporta a nuestro organismo «bacterias buenas» que nos ayudan en la digestión y nos permiten absorber mejor los nutrientes de los alimentos y mejora nuestra flora intestinal lo cual impacta en nuestra salud general.
Además, el hecho de contar en nuestro organismo con estas “bacterias buenas” crea una especie de barrera que desplaza a las que son patológicas y nos enferman. Esto le da al kimchi (y a los otros probióticos) la capacidad de reforzar nuestro sistema inmunológico.
Esta preparación es baja en calorías, nos aporta vitaminas y tiene un efecto antioxidante.
En una nota para Clarín, el nutricionista Matías Marchetti advierte que en nuestro país no contamos con una cultura de consumo ligada a los fermentados por lo cual estos tipos de alimentos deben ser incorporados de a poco.
Afirma también que “no es necesario un consumo diario para lograr un intestino sano, sino que alcanza con algunas veces a la semana”.
El profesional alerta que para sentir los beneficios de los probióticos su consumo debe estar acompañado de la disminución de ultraprocesados en nuestra alimentación. “De nada sirve incorporar fermentados y después antibióticos que provengan de algún tipo de alimento, o ultraprocesados que afecten la flora intestinal como el ciclamato y demás componentes de los edulcorantes”, afirma.