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Portada » Mitos sobre los edulcorantes

Muchos sustituimos el azúcar por los edulcorantes artificiales como una forma de llevar una alimentación más saludable. Al mismo tiempo, estas sustancias están presentes en muchos de los alimentos que consumimos. Por años se afirmó que podían causar enfermedades pero otros los consideran completamente inocuos. ¿Qué hay de cierto en todo esto?

 

El uso de edulcorantes artificiales está muy extendido, ya sea que los utilicemos como sustitutos del azúcar, para infusiones o comidas, o que los consumamos en productos industriales. En torno a estas sustancias hay varios mitos que debemos conocer para elegir bien cómo los incorporamos en nuestra dieta.

  1. La stevia es un edulcorante natural

Este producto se usa desde hace mucho tiempo en Paraguay y Brasil para endulzar, pero desde la clínica Mayo de Estados Unidos, advierten que, pese a provenir de una planta, es también artificial, ya que se trata de un producto refinado y procesado.

  1. Todos los edulcorantes son iguales

Esto no es así ya que no todos se comportan de la misma manera, por ejemplo, frente a la cocción. El aspartame no es recomendable para hornear, porque con el calor pierde parte de su sabor dulce. Si queremos cocinar con edulcorantes será mejor elegir la sucralosa, que mantiene su dulzor aún en altas temperaturas.

  1. Los edulcorantes causan cáncer

Por muchos años esta fue la afirmación que se extendió, principalmente con respecto al ciclamato y la sacarina. Sin embargo, estudios recientes confirmaron que, si se consumen en pequeñas cantidades, los edulcorantes artificiales son seguros. El Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos afirma que a día de hoy no hay evidencia científica acerca de que los edulcorantes artificiales puedan causar cáncer o cualquier otro problema de salud.

  1. Afectan a personas con ciertas enfermedades

En la mayoría de los casos no es así, salvo en la fenilcetonuria, un raro trastorno genético que padecen algunas personas.

 

  1. Causan ansiedad

A diferencia del azúcar, los edulcorantes no causan ansiedad, por ejemplo, en los niños. Sin embargo, no se recomienda agregar estos productos en los alimentos de los más chicos ya que se acostumbran a consumir comidas más dulces y esto puede traer un mayor consumo de azúcar en la edad adulta y con ello riesgo de desarrollar diabetes y obesidad.

  1. Los niños y las embarazadas no pueden consumirlos

Por muchos años se pensó que afectaban el desarrollo de los niños, pero actualmente no hay pruebas de que causen este tipo de alteraciones. Lo que sí es recomendable es un consumo bajo y evitar la sacarina. Usar preferentemente sustitutos derivados de azúcar natural.

  1. Consumir edulcorantes artificiales es inocuo

Que no sean cancerígenos o que no causen otras enfermedades no significa que podemos incorporarlos en cantidades ilimitadas en nuestro cuerpo. Algunos estudios relacionan a estos productos con efectos negativos sobre la microbiota intestinal, lo cual altera las “bacterias buenas” presentes en nuestro intestino y esto puede afectar nuestra salud.

  1. Ayudan a perder peso

Aunque no tienen calorías, no necesariamente nos ayudan a bajar de peso. El consumir alimentos sin azúcar hace que algunas personas compensen con otros alimentos más calóricos (el típico: “me como una medialuna, total el café es sin azúcar”). Además, el sabor dulce que aportan los edulcorantes puede sobreestimular los receptores de azúcar y hacer que “nos acostumbremos” a sabores muy intensos y perdamos interés por alimentos con sabores reales y más saludables, como las frutas y verduras.

 

Más allá de que sus efectos nocivos no sean tales, lo mejor será tender a lo natural. Nada como las frutas, verduras y vegetales para mantenernos sanos. Bajando del nivel de azúcar que agregamos a los alimentos acostumbraremos a nuestro paladar al sabor original de los alimentos.

 

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