Los serums o sueros faciales son productos muy concentrados que sirven como complemento a nuestra rutina de cuidado de la piel. Si bien surgieron hace pocos años, ya forman parte del cuidado facial de muchas personas, con muy buenos resultados.
Desde hace unos años, los serums o sueros faciales hicieron su aparición en farmacias y centros de venta de productos para la piel. Se trata de un tratamiento con gran concentración de activos, liviano y que se absorbe rápidamente. Además puede alcanzar las capas más profundas de la piel de nuestro rostro.
Debido a la alta concentración de sus principios activos, los serums brindan resultados en un corto plazo, los cuales también se mantienen en el tiempo.
Son un complemento a las cremas y otros tratamientos y si bien su uso no es obligatorio, sus resultados lo justifican.
¿Cómo aplicarlos?
El serum es el primer paso de la rutina de skincare luego de la limpieza. Siempre se aplica sobre la piel limpia y libre de otros productos.
La recomendación es utilizarlos por la mañana y por la noche, incluso uno diferente para cada momento; pero también puede aplicarse solo de noche.
Se debe colocar una pequeña cantidad sobre el rostro, el cuello y el escote. Luego esperar unos segundos y aplicar la crema.
Es importante resaltar que el serum no reemplaza a la crema hidratante, sino que es un complemento.
Uno para cada tipo de piel
Hay muchos tipos de serum, que nos sirven para resolver diferentes necesidades. Para obtener sus beneficios es importante que se utilice uno que se adapte a nuestra piel y al objetivo que queremos alcanzar. Además debe estar en sintonía con la crema para que su acción se complemente.
Para piel seca se recomienda utilizar un serum que contenga glicerina o ácido hialurónico, para hidratar en profundidad.
En pieles con acné o propensas a esta afección, deberemos elegir un serum compuesto por ácido salicílico, glicólico o dioco que ayudan a eliminar el sebo.
Para pieles maduras lo mejor será un suero con ácido hialurónico que además de brindar hidratación, combate los signos del envejecimiento y ayuda a reducir la flacidez de la piel.
Las pieles grasas se beneficiarán con serums a base de ácidos AHA (ácidos glicólico, láctico, málico, etc.). Para estos casos deberemos evitar los que sean muy pesados, con base aceitosa o de aceites de semillas.
Los serums son un aliando más para mejorar nuestra piel.