Las actividades que tenemos para hacer son muchas y para que el tiempo “nos rinda”, lo mejor es
organizarse. El sistema Bullet Journal es una alternativa para hacerlo y en la que sólo necesitamos
una libreta, un lápiz y algo de tiempo.
Organizar nuestras actividades nos permitirá hacer un mejor uso del tiempo. Para ello algunos
utilizan una agenda, otros hacen listas… Hay diversas formas de hacerlo. El método Bullet Journal
nos propone dar orden a nuestras tareas usando sólo una libreta y un lápiz.
Su creador, Ryder Carroll, destaca la ventaja de usar esta forma tan analógica en tiempos tan
digitales: nos brinda un espacio “desconectado” donde podemos procesar la información, pensar y
concentrarnos.
El hecho de escribir las tareas nos ayudará a recordarlas y a poder hacer un seguimiento.
El Bullet Journal no es una agenda. Ambos métodos sirven para organizar nuestro día a día y
planificar nuestras actividades, pero el primero constituye una variante más flexible y que nos
permite mayor creatividad.
El objetivo es que podamos no sólo anotar cosas por hacer, si no valorar esas tareas y elegir las
que realmente nos sirven. Este sistema de organización es libre y cada uno lo puede adaptar a sus
necesidades o gustos. Además de las tareas diarias se pueden crear listas de temas que nos
interesen como libros, metas personales, películas por ver, lugares por conocer y todo lo que
queramos. ¡Cada uno decide qué incluir!
¿Quién creó Bullet Journal?
La persona que desarrolló este método se llama Ryder Carroll, un austríaco que lo diseñó como
una ayuda para solucionar los inconvenientes que le causaba su TDA (trastorno por déficit de
atención). Él buscaba una manera de ser más productivo y eficiente en el uso del tiempo.
Además su objetivo es que podamos ser conscientes de “cómo invertimos nuestro tiempo y
energía”.
El Bullet Journal no requiere de programas especiales, apps o grandes cosas. Podemos llevarlo a
cabo con una libreta y un lápiz. Y esto tiene un por qué.
El uso de una libreta evita las distracciones digitales. “Sentarnos con nuestra libreta nos brinda un
gran lujo. Nos proporciona espacio personal, libre de distracciones, durante el cual podemos
conocernos mejor”, explica su creador.
El usar una libreta nos obliga a desconectar y además la escritura manual es un estímulo más
efectivo para nuestra mente que el uso del teclado.
Hay diversos modelos de libretas para Bullet Journal pero lo cierto es que cualquier cuaderno en
blanco puede usarse para realizarlo.
¿Cómo creamos nuestro Bullet Journal?
Ryder Carroll plantea cuatro secciones principales para un Bullet Journal. La primera, e
indispensable, es el índice, para el cual sugiere reservar unas cuatro páginas en donde listaremos
el contenido de la libreta con su respectivo número de páginas para poder ubicar cada apartado
de manera más rápida.
A medida que vayamos agregando nuevas listas a nuestra libreta es importante que las
registremos en el índice junto a su número de página.
La segunda sección es el Registro Futuro donde se incluyen tareas a realizar en el periodo que
abarca nuestro Bullet Journal (podemos hacerlo semestral o anual). Las ubicaremos en los meses
en que deben realizarse (pero aún no fijando una fecha fija).
Luego viene el Registro Mensual para el que nos valemos de dos páginas enfrentadas. En la de la
izquierda anotamos todos los días del mes y en la de la derecha todas las tareas a realizar ese mes.
Por último realizamos el Registro Diario. En la página colocamos la fecha del día en el que estamos
y allí escribimos las tareas, actividades y notas de ese día.
El creador del método afirma que tener todo escrito en la libreta nos permitirá aligerar el peso de
nuestra mente.
En el registro diario no solo listamos cosas pendientes sino que también podemos dejar asentadas
nuestras experiencias.
Luego de estas secciones básicas podremos crear otras que sean de nuestro interés o agendar el
seguimiento de proyectos específicos como la organización de algún viaje, o el desarrollo de un
emprendimiento.
Al terminar un día o un mes se realiza el proceso de migración, que consiste en revisar las tareas y
reubicar las no concluidas en el nuevo periodo que inicia. En esta acción el autor invita a
reflexionar sobre las actividades pendientes y filtrar las que realmente son necesarias para
nuestros objetivos. De lo contrario las eliminamos. Carroll nos alienta a preguntarnos: ¿De verdad
tengo/quiero/debo hacer esto? ¿Esto realmente vale mi tiempo?
De este modo el Bullet Journal se presenta no sólo como una herramienta de eficiencia laboral,
sino también como una manera de organizarnos para disponer de momentos para hacer aquello
que realmente nos satisfaga.
Cada mes abrimos un nuevo registro mensual y continuamos con lo de cada día.
Simbología
Para ayudarnos a organizar la información y diferenciar actividades, el método propone el uso de
símbolos que nos permiten identificar por ejemplo cuál es un evento, cuál una nota, tareas
simples o urgentes, etcétera.
Organizar nuestras actividades nos ayudará a mantener nuestra mente descansada y nos dejará
enfocar lo que hacemos según nuestros objetivos.