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Cómo cambió el cuerpo “ideal” según pasaron los años

Las modas cambian y esto no alcanza solo a ropa, estilos de decoración y diseño en general. El tipo de cuerpo femenino considerado como “ideal” o atractivo también fue cambiando a lo largo del tiempo y esto en muchos casos fue causa de problemas para las personas que no se ajustaban a esos estereotipos.

 

Las primeras representaciones conocidas del cuerpo de una mujer son las “Figurillas de Venus”. Se trata de pequeñas estatuas que tienen una antigüedad de unos 23.000 a 25.000 años y que fueron halladas en Europa.

Estas esculturas muestran cuerpos redondos de mujeres con forma de pera, muchos de ellos con pechos grandes. Se cree que esta figura representaba el atractivo o la fertilidad.

Por muchos siglos, los artistas siguieron retratando a la mujer “ideal” como curvilínea y voluptuosa. Pero en el siglo XX esto comenzó a cambiar cuando se pasó hacia un cuerpo cada vez más joven, atlético y delgado.

A fines del siglo XIX y en la primera década de los 1900, la figura femenina representativa fue la “Chica Gibson”. Este nombre se lo debemos al artista estadounidense Charles Dana Gibson quien dibujó imágenes de mujeres altas, voluptuosa y de cintura delgada. Sus dibujos eran las ilustraciones de las principales revistas ya que en esos años era muy costoso publicar fotografías.

En la siguiente década el principal ícono de la moda fueron los vestidos flapper y con esto se cambió a una tendencia de cuerpos delgados, la figura de reloj de arena había quedado atrás (¡por un tiempo!).

Se trataba de una época de mucha agitación política donde las mujeres lograron concretar una lucha de casi un siglo y obtuvieron el derecho a votar.

Sin embargo, la nueva “moda” con respecto al cuerpo llevó a que muchas terminaran comprometiendo su salud para “encajar” en ese ideal. Algunos estudios indican que a mediados de la década de 1920 hubo una epidemia de trastornos alimentarios entre las jóvenes.

Pero como toda moda, esto fue cambiando para los años 30. En esa década las mujeres usaban vestidos más ajustados que marcaban mejor las curvas del cuerpo y esto significó el retorno de la figura redondeada, aunque de manera sutil.

La década de los 40 estuvo signada por la Segunda Guerra Mundial y esto también tuvo su efecto en la concepción del “cuerpo ideal”. Las extremidades largas y los hombros anchos se volvieron lo más atractivo.

Para los 50´s la figura de reloj de arena volvió y se comenzaron a ver mujeres más voluptuosas. Una vez más las revistas marcaban el pulso de lo que se consideraba deseable y mostraban cómo algunas personas aumentaban de peso para ensanchar sus caderas. La icónica actriz Marilyn Monroe fue una fiel exponente del cuerpo tipo de esta época.

 

Más cambios

De la mayor voluptuosidad de los ’50 se pasó a la figura de “ramita” de los ’60. Las curvas dejaron de estar de moda y lo valorado eran las extremidades delgadas, cinturas pequeñas y caderas estrechas. La modelo Twiggy se presenta como el principal exponente de la concepción del cuerpo de esta década.

Esto resultó toda una paradoja porque los años 60 y también los 70, marcaron hitos en la historia, como la aparición de la píldora anticoceptiva, que se ven como el momento en que se libera el cuerpo de la mujer.  Si bien ya los cuerpos femeninos no se ceñían en corsés y otras tradiciones, quedaban atados a las presiones sociales por tener “el cuerpo ideal”

Pero, como fue una constante a lo largo del siglo pasado, la noción de “figura perfecta” otra vez cambió y en los 70 volvieron a  apreciarse las curvas. De manera diferente a los años 50, pero sí dejando de lado la delgadez de la década anterior. Las actrices de “Los Ángeles de Charlie” son la figura representativa de lo que la época marcaba como cuerpo atractivo.

Los 80 fueron el momento de las supermodelos, concepto que englobaba a mujeres más altas que el promedio y que tienen piernas largas, cuyos máximos exponentes fueron Naomi Campbell y Cindy Crawford.

Esta tipología incluía cuerpos delgados pero tendiendo a una figura más fuerte, atlética y tonificada.

En los noventa el estilo “abandonado” fue el que primó. Kate Moss, imagen ícono de esta década, fue apodada “la niña abandonada”.

La tendencia eran los cuerpos más delgados y sin estilo. Toda una reacción a la década anterior. Poca estatura, pocas curvas y delgadez eran lo “establecido”.

Al mismo tiempo que esto sucedía, la Organización Mundial de la Salud comenzó a advertir sobre la creciente epidemia mundial de obesidad. Esta patología tuvo un brusco aumento en los 90 y llevó a crear el antagonismo entre los cuerpos delgados de moda (como un ideal de lo saludable) y la obesidad como su contrapartida negativa.

 

El nuevo siglo

Para el 2000, además de dejar atrás un siglo, también se abandonó el modelo de las chicas bajas y delgadas. La concepción de “mujer ideal” era de una más alta y atlética y esta figura copaba las tapas de las revistas. Gisele Bundchen es la imagen representativa de los comienzos de este siglo.

Para la segunda década del siglo XXI, la famosa figura de reloj de arena volvió otra vez. El acento se puso sobre las grandes caderas y voluptuosos glúteos. Los íconos de esta movida son Kim Kardashian y Jennifer Lopez, entre otras.

Pero, si bien seguimos hablando de “un cuerpo ideal”, lo cual genera la presión por entrar en esa categoría con los problemas que esto puede traer, también con el siglo XXI comenzó una tendencia hacia abandonar estos estereotipos y comenzar a celebrar la diversidad de cuerpos.

La importancia de esto es que los medios y  la moda se están sumando a esta acción y ya hay muestras de mayor inclusión en estos ámbitos.

En la concepción sobre el cuerpo comenzaron también a jugar su papel las redes sociales con caminos diferentes: por un lado pueden dar lugar a una imagen corporal negativa, pero también hace que los cuerpos reales se visualicen.

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