Revista Vertice

Portada » Cómo preparar la casa para el frío y ahorrar energía

Cómo preparar la casa para el frío y ahorrar energía

El invierno está cada vez más cerca y es momento de poner nuestro hogar a punto para recibirlo. Algunas medidas previas y otras a tomar cuando ya baje la temperatura nos ayudarán a reducir el consumo de energía.

 

Con la llegada del invierno, viene también el incremento en la factura de gas. Mucho de este gasto se pierde por problemas de funcionamiento del sistema de calefacción, por filtraciones de aire de la vivienda y otros factores.

Hay algunas recomendaciones acerca de acciones a tomar para evitar consumos innecesarios.

 

Preparar la casa para el frío

Antes de que las temperaturas bajas se instalen debemos ir realizando algunas revisiones y ajustes que nos permitan evitar la fuga de calor.

 

  • Controlar el buen funcionamiento del sistema de calefacción: cualquiera sea el tipo de calefacción que tengamos instalado debemos corroborar que funcione correctamente. Es muy importante limpiar radiadores y calefactores antes de su uso. En el caso de las calderas debemos realizar revisiones periódicas que nos permitan detectar posibles averías ya que éstas pueden causar aumentos de consumo o poco rendimiento del equipo. Debemos chequear que la presión con la que está trabajando sea la correcta y purgar los radiadores.
  • Aislamiento de la vivienda: los principales lugares por donde se disipa el calor es por las paredes, las ventanas y las rendijas. El aislamiento de las paredes es una cuestión a considerar durante la construcción de la vivienda, pero puede mejorarse con otras medidas posteriores que te contamos a continuación.
  • Controlar la hermeticidad de las ventanas: se calcula que hasta un 30% del gasto en calefacción se relaciona con pérdidas de energía a través de las ventanas. Debemos verificar que no haya filtraciones de aire y corregir en caso de ser necesario. Una de las medidas más simples son los burletes.
  • Revisar las persianas: debemos controlar que funcionen de manera correcta para poder cerrarlas ya que si las bajamos por la noche ayudaremos a que el frío del exterior no penetre en nuestra casa a través de los vidrios.
  • Sellar las grietas: puede que haya lugares por donde se filtre el calor. Debemos revisar nuestra casa en busca de grietas y taparlas.
  • Invertir la dirección de los ventiladores de techo: sobre estos aparatos hay un pequeño interruptor que permite cambiar el sentido de giro de las paletas. En verano se mueven en dirección opuesta a las agujas del reloj. En época de frío, las aspas del ventilador deben moverse en la misma dirección que las agujas del reloj. Esto es porque así bajan el aire caliente que tiende a subir y se acumula en el techo, distribuyéndolo hacia la parte baja y mejorando la temperatura de la casa.
  • Limpiar y poner a punto la chimenea: si tenemos chimenea debemos mantenerla limpia tanto sea a gas como con madera. Debemos revisar que el respiradero no esté obstruido y, si funciona con madera, limpiar el ollín que se acumula. En las chimeneas a gas, hay que comprobar que el ventilador y los quemadores funcionen correctamente.

Cambio de estación, cambio de ropa

De la misma manera que cambiamos nuestro guardarropa para adaptarlo a las temperaturas más frías, nuestro hogar también puede cambiar sus textiles.

Una buena medida es utilizar cortinas más gruesas que nos ayudarán a aislar mejor la casa del exterior. Otra opción es instalar doble cortina. Siempre debemos procurar mantenerlas cerradas de noche ya que el vidrio es una fuente de ingreso de frío a la vivienda.

Las alfombras son otra ayuda para combatir las bajas temperaturas. El suelo es una zona de la casa por la que se puede escapar hasta un 10% de la energía, así que cubrirlo será una buena forma de evitar la pérdida de calor.

Cuando llega el invierno debemos cambiar los cobertores de verano de nuestras camas por unos más gruesos y también es el momento de dejar mantas a mano para cubrirnos cuando estamos en el sillón. Podemos ponerlas sobre el sofá a modo decorativo o dejarlas enrolladlas en cestas al lado del mismo para tenerlas a disposición.

 

Cuando el invierno ya se instale

Una vez que el frío esté declarado, debemos procurar hacer un buen uso de la calefacción. Cuanto más alta esté, mayor será́ el gasto. Lo recomendado es regular el termostato en unos 20 o 21 grados para el día y entre 15 y 17 grados para la noche. Fuera de estos parámetros, se calcula que, por cada grado de más, el gasto energético crece un promedio de un 7 por ciento.

Los expertos indican que lo más eficiente es mantener una temperatura constante durante todo el tiempo y no apagar la calefacción cuando la casa se haya calentado. Remontar la caída de temperatura hará que gastemos más.

Otra buena medida es aprovechar la luz solar como fuente de calor. Durante el día subir todas las persianas y correr las cortinas para que el sol caliente la casa de forma natural. Cuando llegue la noche hacer todo lo contrario, para que el calor se mantenga dentro.

Ya es momento de anticiparnos al invierno y recibirlo bien preparados.