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Construir una empresa abierta

En este mundo cambiante la capacidad de adaptación es una característica fundamental para la supervivencia de las empresas. Las compañías que han podido mantenerse en los primeros puestos durante años lo han hecho gracias a que fueron capaces de cambiar. En esto se basa la filosofía de empresas abiertas. Te contamos cuáles son las prácticas habituales en este tipo de organizaciones.

Hablar de empresa abierta no es referirse a un modelo de negocios si no que se trata de una filosofía, un modo de vivir. Esta se basa en la interacción con el entorno al punto tal de que los límites de la propia organización se diluyan. Para ser una empresa abierta deberemos contar como característica principal y fundamental con la capacidad de adaptarnos a los cambios.

Este concepto surge de la corriente generada por la tecnología Open Source. Se denomina así a un producto tecnológico lanzado con permisos para utilizar su código fuente con el fin de que otros puedan seguir desarrollándolo.

La filosofía de empresa abierta es aplicable no sólo a productos tecnológicos sino a todo tipo de compañías o profesionales.

Quienes se apoyan en esta forma de llevar adelante sus negocios reconocen que el conocimiento está fuera de la organización y que el éxito lo tendrá quién mejor uso haga de él.

La empresa abierta borra sus límites tanto con sus clientes como con sus competidores. Con los primeros ya no se trata de una transacción donde uno vende y el otro compra, sino de intercambio donde ambos ganan en forma conjunta.  Lo mismo sucede con los competidores. En vez de lucha por un mercado, se busca la colaboración para ampliar los horizontes para todos.

Cuando una empresa adopta esta filosofía sus posibilidades de éxito sostenido se incrementan. Esto lo demuestra la historia de muchas organizaciones que han podido mantener su liderazgo a lo largo de muchos años.

Las empresas que han logrado mantenerse en los primeros puestos de la lista Forbes de forma continua durante 50 años, son compañías que han sido capaces de cambiar, que han interactuado con sus clientes, partners, competidores y otros jugadores del mercado para poder comprender su entorno. Y esto no lo han logrado haciendo siempre lo mismo. Las empresas exitosas fueron las que pudieron abrirse al medio que las rodea y adaptarse a un cambio que se da aunque la compañía no lo quiera.

El cambio no se controla ni se resiste, el cambio sucede y ganan quienes sean capaces de escuchar a su comunidad y adaptar su modelo de negocio según las necesidades de la misma.

Esto no las libra de errores, pero su constancia para buscar la manera de adaptarse las lleva a sobrevivir frente a otras que desisten.

Esos momentos de éxito son también efímeros ya que duran hasta que llega otra oleada de cambio. Algunas empresas abiertas lo son hasta tal punto que son ellas mismas las que generan esas oleadas. Si no basta con ver a Apple y sus innovaciones constantes que revolucionan la tecnología.

Las organizaciones que siguen esta filosofía interactúan dinámicamente con sus mercados y comunidades, los transforman y se transforman. Y esto es aplicable para cualquier sector en que éstas se desempeñen.

Incluso el rubro al que pertenecen deja ser relevante ya que esto puede ser parte del cambio también. Lo único constante en este tipo de empresas es su propósito, que va más allá de generar riqueza económica.

 

Prácticas habituales de una empresa abierta

Cuando nos desempeñamos como una empresa abierta, la visión de negocio es más importante que el modelo.

Mantenernos conectados con la comunidad es un valor importante y tiene como fin generar sinergias para mejorar (nosotros y el entorno). Esto incluye analizar constantemente las necesidades de quienes nos rodean y hacer foco en el cliente.

Una empresa abierta dispone de estructuras flexibles que permitan a los equipos de trabajo ser más ágiles. Algunas características de esta forma de organización son los sistemas tecnológicos abiertos (en lugar de silos de información) y las estructuras organizacionales no jerárquicas donde la influencia y el éxito no lo da la jerarquía, si no la motivación, las habilidades o los intereses de cada miembro de la organización.

Para lograr ser una empresa abierta, cada compañía deberá contar con Espacios Beta permanentes, donde se pueda testear y probar de forma rápida y sin riesgos.

La comunicación fluida y transparente es un requisito indispensable en este tipo de empresas. Es importante que las relaciones fluyan correctamente tanto desde arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba y de manera horizontal. A esto se suma el conocimiento abierto: debe ser una empresa sin secretos.

Como una forma de compromiso con el entorno, una empresa abierta debe estar 100 por ciento comprometida con la satisfacción del talento interno.

Trabajar la innovación y la gestión del cambio deben ser parte de su estrategia.

Otras características importantes de las empresas abiertas son:

  • Uso consciente de la tecnología: la necesita para funcionar pero no descuida la relación personal.
  • La información es su materia prima principal y la maneja de forma eficiente.
  • Mirada local y estrategia de nicho sin entrar en contradicción con el enfoque global.
  • La diversidad (de edad, cultura, género, etcétera) es la energía que le permite mantenerse en acción. Una empresa abierta incorpora las diferencias y las transforma en oportunidades de negocio.

En estos tiempos en que experimentamos lo cambiante que el entorno puede ser, este tipo de enfoques nos ayudarán a desarrollar empresas que puedan crecer y subsistir junto con su comunidad.