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Dime cómo piensas y te diré cómo es tu salud

La mente y el cuerpo tienen una conexión directa. Es por ello que nuestros pensamientos impactan en nuestra salud. Pensar en positivo puede traernos muchos beneficios que escapan solo a lo mental.

 

¿Cuántas veces escuchamos eso de que atraemos lo que pensamos? Si bien esto no siempre se da en forma lineal, sí podemos decir que la manera en la que pensamos nos trae mayor o menor salud.

Algunos estudios muestran que los rasgos de personalidad como el optimismo y el pesimismo pueden afectar muchas áreas de nuestra salud y bienestar. Así que si mantenemos pensamientos positivos nuestro cuerpo va a salir muy beneficiado.

Tener una forma de pensar positiva no significa no querer ver la realidad o ignorar situaciones menos agradables de la vida. Pensar en de esta forma significa que enfrentamos lo desagradable de una manera más optimista y productiva. Es decir, que ante una situación creemos que lo mejor va a pasar y no lo peor.

Pensar en positivo es una acción clave para manejar el estrés. Y si logramos esto, nos evitaremos muchos problemas de salud, tanto física como mental.

 

Beneficios para la salud

La mente y el cuerpo están conectados, por lo tanto, cuando tenemos una mente sana nuestro organismo funciona correctamente.

Los principales beneficios del pensamiento positivo para nuestra salud vienen de la mano del mejor manejo del estrés. Cuando somos positivos nuestra mente está en calma. Esto disminuye la ansiedad y el estado de estrés.  Si permanecemos estresados nuestras defensas pueden verse afectadas y será más fácil enfermarnos.

La reducción del estrés impacta en otras cuestiones como la presión sanguínea, ayudando a mantenerla en valores adecuados.

Mantenernos optimistas promueve la recuperación de las afecciones que podamos tener. Está comprobado, por ejemplo, que las personas con enfermedades graves que mantienen buen estado de ánimo y asumen sus dolencias con positivismo, tienen una mejor recuperación que quienes están deprimidos y atemorizados por el miedo que dicha afección les representa.

Todas estas cuestiones traen aparejados beneficios como: aumento de la expectativa de vida, menores tasas de depresión y angustia, mejor salud cardiovascular y menor riesgo de muerte por enfermedades que afectan a este sistema.

También se cree que las personas positivas y optimistas tienden a llevar un estilo de vida más saludable. Es decir, realizan más actividad física, siguen una dieta más sana y no fuman ni beben alcohol en exceso.

 

Cómo hacer más positivos nuestros pensamientos

Es posible aprender a convertir nuestros pensamientos negativos en otros más positivos.

Se trata de un proceso simple pero que requiere práctica para que se vuelva un  hábito.

El primer paso es identificar las áreas a cambiar. Debemos descubrir cuáles son las partes de la vida en las que somos más negativos (el  trabajo, el trayecto diario al trabajo,  una relación). Lo mejor es comenzar enfocándose en una sola.

Luego de esto es necesario evaluarnos a nosotros mismos. Durante el día, debemos detenernos y analizar lo que estamos pensando. Si nuestros pensamientos son mayormente negativos, debemos buscar una manera de darle un giro positivo. Por ejemplo, ante una situación desconocida, en vez de pensar “nunca antes hice esto”, enfocarnos en que “es una oportunidad para aprender algo nuevo”.

En el proceso de mejorar nuestros pensamientos es indispensable no olvidarnos del sentido del humor. Es necesario permitirnos sonreír o reír, especialmente durante momentos difíciles.

Y como ya te decíamos más arriba, el estado de nuestra mente y el de nuestro cuerpo tienen una estrecha relación. Por eso para mantenernos positivos es bueno llevar un estilo de vida saludable. Lo ideal es hacer ejercicio durante unos 30 minutos la mayoría de los días de la semana. La actividad física puede influir positivamente en el estado de ánimo y reducir el estrés. Una dieta saludable nos nutrirá el cuerpo y la mente.

Otra recomendación importante es rodearse de gente positiva. En ellas encontraremos apoyo para salir adelante.

La mejor de las recomendaciones es mantener una charla positiva con nosotros mismos. La regla principal es “no te digas nada a ti mismo que no le dirías a otra persona”.  Alentémonos, seamos amables con nosotros mismos y agradezcamos diariamente las cosas buenas que nos pasan.

Con más personas pensando en positivo, la vida seguramente se hará más agradable para todos.