A la hora de instalar un local comercial no se trata solo de colocar estanterías y algunos mostradores. Se debe realizar una tarea planificada y profesional para poder optimizar el espacio y lograr que los clientes se sientan a gusto y compren. Al igual que en otras ramas del diseño, existen tendencias pero el fin siempre será mejorar las ventas.
Cuando se diseña un local comercial el principal objetivo será que el público deambule de forma inconsciente por el espacio, utilizando la máxima superficie y así potenciar la compra de todos los productos.
“Una buena propuesta de diseño y distribución del local comercial favorecerá el buen
funcionamiento del negocio, mediante la atracción y creación de un espacio práctico y cómodo
para la circulación del cliente de forma fluida a lo largo del establecimiento”, nos cuenta María Laura Di Buccio, diseñadora de interiores y profesional a cargo del diseño de los locales de importantes marcas de la ciudad.
La premisa constante a la hora de diseñar un espacio comercial, es la de potenciar la
venta. ¿Cómo se logra? A través de la optimización de las circulaciones teniendo en cuenta Forma-Función del ambiente creado.
Di Buccio destaca que en el caso de comercios que ya están en funcionamiento lo que se buscará siempre es optimizar lo existente y adaptarlo a las necesidades actuales.
La distribución: un aspecto fundamental
Para lograr una óptima circulación de los clientes, un punto crítico es la distribución del espacio.
Para ello se tiene en cuenta el recorrido del cliente desde el acceso hasta la toma de contacto con el producto. Hay algunos parámetros de circulación que las personas toman con más frecuencia dentro un comercio: dirigirse hacia la derecha, circular en el sentido contrario a las agujas del reloj y visitar sólo el espacio inicial. Todo esto debe considerarse a la hora de organizar el local.
Tendencias
Como en otras ramas del diseño, en la configuración de los locales comerciales también existen algunas tendencias. Actualmente se busca “crear una visión unificada e integral del local mediante un mobiliario central de altura baja a media –entre 800mm y 1400mm de altura máxima- de líneas simples y continuas, creando así pasillos “eternos” que inviten al visitante a recorrerlos hasta el final.
La mercadería se ubica de manera visible y ordenada, si es posible por forma – tamaño – color, a la altura de los ojos o al alcance la mano desde una posición neutra universal. “La idea es que el cliente pueda tomar lo que desee/necesite sin esfuerzo, desde una posición óptima y cómoda”, resalta la diseñadora Di Buccio.
En cuanto a colores predominan los tonos claros y lisos, siempre conjugados con el
color específico y representativo de la marca. Las formas que se incluyen son simples y rectas, lo cual dará una sensación de espacio más amplio.
Los materiales utilizados son livianos y nobles como las placas de yeso laminado en interiores, o las placas de cemento curadas en los exteriores. La construcción en seco permitirá dar forma a la idea planificada con una considerable optimización de tiempo. “Este no es un dato menor cuando el local comercial por intervenir sigue su funcionamiento y dinámica diaria”, advierte Di Buccio.
La iluminación es otro aspecto clave. “Con ella podremos crear un escenario mágico”, describe María Laura; quien agrega: “es ideal que la luminaria copie de forma aérea los circuitos terrestres; coronando y destacando cada uno de los espacios, ayudando al cliente a seguir el camino propuesto”.
En cuanto al tipo de luz es conveniente la utilización de una neutra para no alterar el color del producto. Sin embargo, se la puede combinar con algunos sectores diferenciados de luz cálida a través de diferentes artefactos.
En todos los casos la ayuda de un profesional del diseño que conozca a fondo estas cuestiones hará una gran diferencia en la resolución de los espacios comerciales.