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Economía del conocimiento

La información y el conocimiento se han convertido en dos motores fundamentales para la generación de valor y riqueza. Muchas áreas forman parte de este sector económico que pone el foco en la educación, la investigación, el desarrollo y la tecnología.

La economía del conocimiento utiliza la información como elemento fundamental para generar valor y riqueza. Pero lo que logra este objetivo no es la información en sí, sino la transformación de ésta en conocimiento. El conocimiento es mucho más que sólo información. La información está constituida por datos procesados con una utilidad general. El conocimiento implica formas, métodos y maneras de abordar y resolver problemas.

En este tipo de economía, el conocimiento es un activo más importante que los bienes de capital y mano de obra y es usado por diferentes actores para  fomentar el desarrollo económico y social.

En la Economía del Conocimiento las actividades productivas se caracterizan por el uso intensivo de tecnología y requieren de capital humano altamente calificado.

Este sector es una de las principales fuentes de valor añadido ya que mejora y perfecciona otros bienes y servicios.

A través de la historia la generación de riqueza y desarrollo fue cambiando su foco. Hace tiempo la transformación de una sociedad tenía sus bases en la agricultura (usando como recurso principal la tierra). Luego se pasó a una sociedad industrializada, donde el principal recurso para la producción fueron los capitales físicos. Con el avance de la ciencia y tecnología se pasó a una sociedad de la Información que hoy en día evoluciono hacia la economía del conocimiento. La habilidad para crear ideas innovadoras es una de las principales fuentes para lograr la competitividad.

Todas las actividades que forman parte de la economía del conocimiento tienen en común que se encargan de transformar intangibles en tangibles.

 

Áreas que abarca

Las grandes actividades que forman parte de la Economía del Conocimiento son la educación, la investigación y desarrollo y la tecnología.

Entre los rubros que incluye la Economía del Conocimiento están la informática, las telecomunicaciones, la robótica, la nanotecnología y nanociencia, la industria aeroespacial y satelital.

También se incluyen áreas como producción y posproducción audiovisual, biotecnología, neurotecnología e ingeniería genética, servicios geológicos y de prospección, inteligencia artificial, internet de las cosas; actividades de ingeniería, ciencias exactas y naturales, ciencias agropecuarias y ciencias médicas vinculadas a tareas de investigación y desarrollo.

Todos estos trabajos tienen el potencial de aumentar transversalmente la productividad, la cantidad y calidad de empleo y las exportaciones. Producen además impacto en todos los sectores económicos: mejoran procesos, aumentan la eficiencia, bajan costos y generan innovación para todos los sectores de la economía.

Muchos de los avances, comodidades o herramientas con las que contamos hoy como los smartphones, la inteligencia artificial o la robótica, han sido posibles gracias a la economía del conocimiento.