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El primer país que desaparecerá por el cambio climático

El incremento de la temperatura del planeta está haciendo que los glaciares y polos se derritan. Esto causa un aumento en el nivel del mar que pone en peligro las costas de muchos países pero en el caso de algunas islas el riesgo es la desaparición de toda su superficie. Kiribati es un archipiélago ubicado en el Pacífico que en unos años será el primer país en quedar bajo el agua del mar.

El calentamiento global provoca que los glaciares y las grandes masas de hielo del planeta se derritan y que el nivel de los océanos se eleve año a año. Esto pone en serio riesgo a islas y regiones costeras. Kirivati es el primer país que desaparece debido a esta situación.

Sus paradisíacas playas quedarán bajo el agua del mar en unos 10 o 15 años según estiman los expertos.

Kiribati es un grupo de 33 atolones coralinos situados en el Pacífico Central, entre Hawái y Australia. Es un lugar bastante desconocido salvo porque es el primer país que recibe el año cada 01 de enero. Como está cerca de la línea horaria internacional que marca el cambio de día, una de sus islas, la de Navidad, es el primer lugar habitado en comenzar el año.

Kiribati sería el primer grupo en desparecer ya que sus algo más de 800 km² de tierra firme total, se elevan un máximo de apenas tres metros sobre el nivel del mar.

De hecho, dos islas deshabitadas que lo conformaban, Tebua Tarawa y Abanuea,  ya desaparecieron.

Su población es muy pobre y se concentra principalmente en su capital, Tarawa, en las islas Gilbert. Hoy ya enfrentan la dificultad de ver cómo los acuíferos, sus únicos suministros naturales de agua potable, se ven dañados por la sequía y la sobreexplotación y contaminados por aguas negras. Además, la zona suele ser azotada por precipitaciones torrenciales y destructivas y ciclones.

 

Alzar la voz

Anote Tong, presidente de Kiribati entre 2003 y 2016, fue quien puso al país como bandera en la causa por la sostenibilidad. En 2008 conmovió a muchos al pedir en un discurso que Australia y Nueva Zelanda aceptaran a los kiribatienses como refugiados con estatus permanente. «Hacer planes para el día en el que ya no tengas un país es sin duda doloroso, pero eso es lo que creo que debemos hacer”, afirmó.

Cuando en 2015 se firmó en París el Acuerdo del Clima, Tong reflexionó: «Para nosotros, no importa lo que se haya acordado en París, nos seguimos hundiendo”.

La vida y la actividad económica de los habitantes del país siempre ha girado en torno al agua y hoy resulta una ironía que éste mismo recurso sea el que los está amenazando. La advertencia sobre la suerte de este país ya fue realizada en 1989 en un informe de la ONU sobre el efecto invernadero. A los diez años de este documento, desaparecieron las dos islas deshabitadas. Hoy la marejada ciclónica y las fuertes tormentas hacen que, cada vez con más frecuencia, el mar se adentre en la tierra contaminando las reservas de agua dulce, matando cultivos por salinización e inundando viviendas.

La solución que están encontrando muchos de los kiribatianos en este momento es la emigración. Otros, tratan de contener el avance del mar con algunas soluciones que son temporales como levantar muros de piedras coralinas, trasladar pueblos unos metros hacia el interior o plantar manglares para proteger al suelo de la erosión y atenuar las mareas.

Entre las medidas más realistas que se han tomado, el mismo gobierno del país adquirió tierras en las islas Fiyi para dedicarlos al cultivo y tener un lugar donde poder evacuar a la población si es necesario. El Banco Mundial solicitó, por medio de informes, a Australia y Nueva Zelanda la acogida obligatoria de emigrantes de Kiribati, en calidad de desplazados climáticos.

Estas islas del Pacífico se encuentran entre los emisores más pequeños de gases de efecto invernadero, pero sufren las mayores consecuencias del cambio climático. Se hace necesario que el mundo abra los ojos ante esta situación ya que Kiribati será el primer país en sufrir efectos graves pero no el único. Otras naciones como Maldivas y Tuvalu también están en riesgo próximo de desaparecer y hasta ciudades como Londres o Los Ángeles quedarían parcialmente sepultadas bajo las aguas.

¡Es hora de tomar conciencia!

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