Hay personas para las que el éxito económico en sí mismo dejó de ser una meta y eligen disfrutar más, equilibrando su vida profesional con la personal. Se los denomina potencialistas ya que buscan expandir sus potencialidades, asumiendo constantemente nuevos desafíos. Es una forma de ver la vida cada vez más extendida en el mundo.
Un estudio, encargado por American Express, identificó un grupo de personas con características compartidas a las que denominó “potencialistas”. Estos individuos ponen el crecimiento y la satisfacción personales por encima del éxito económico.
Buscan conocerse a sí mismos para detectar talentos y nuevas habilidades y perseveran para desarrollarlas, sin perder el sueño por los resultados.
Este nuevo arquetipo de época viene a cuestionar el modelo típico de los yuppies, basado en la tríada ambición-trabajo-dinero.
Los estudios muestran que la mayoría de las personas encuadradas en esta categoría tienen entre 30 y 45 años. Pero los especialistas indican que se trata más del resultado de un momento histórico que una cuestión de características etarias.
La incertidumbre del momento actual, el paso por la crisis financiera internacional y otros factores de esta época, movilizaron un replanteo existencial que llevó a estas personas a redirigir sus vidas en busca de un fin común que ya no es el dinero sino la felicidad.
El estudio encargado por la compañía financiera, incluyó a 2000 participantes de nivel socioeconómico ABC1, de entre 25 y 54 años, de México, Canadá, Gran Bretaña y Australia. Lo que se vio es que un importante número de personas, con sus necesidades básicas ya satisfechas, buscan expandir sus potencialidades al margen de las destrezas que tienen consumadas, encaran permanentemente nuevos desafíos, no les temen a los cambios, asumen con audacia los costos de sus elecciones y persiguen un equilibrio entre la vida profesional y vincular. A este grupo se los llamó potencialistas. Para ellos el éxito y la plenitud no están vinculados a los valores materiales.
Dejaron de preocuparse por acumular dinero y enfocan su tiempo, talentos y energía en desarrollar sus habilidades y tener horarios de trabajo más flexibles que les permitan pasar más tiempo con su familia y amigos y poder cultivar nuevos intereses.
¿Cómo es un potencialista?
Los potencialistas son personas con mentalidad positiva, independientes, creativas, versátiles, curiosas, sensibles y con una predisposición especial para aprender de las diferentes situaciones de la vida.
Buscan liberar su potencial y descubrir sus talentos con el objetivo de enriquecer y expandir sus vidas. Salen continuamente de su zona de confort en busca de una realidad más plena que les de más gratificaciones.
Procuran recuperar el valor de los pequeños momentos y disfrutar del tiempo. Para ellos un error es una oportunidad que los ayuda a crecer. Se reinventan las veces que sea necesario para dar a sus vidas el rumbo que los lleve a la felicidad.
Los potencialistas resaltan el disfrute del camino y dejan de lado el correr hacia una meta, sin importar lo que se transite.
Dan importancia a la cultura, que para ellos no es solo un pasatiempo sino algo que los enriquece espiritualmente.
Una de las cuestiones más importantes para los potencialistas es conocerse a sí mismos. Se conocen profundamente para poder superar sus propias limitaciones y las del contexto. Para alcanzar esto desarrollan una gran fuerza de voluntad y mucha perseverancia.
Gozan de hacer múltiples actividades aunque no guarden relación entre ellas.
Los lemas de los potencialistas
Para estas personas hay algunas “máximas” que guían su vida:
- La felicidad antes que el dinero.
- Disfrutar en vez de consumir.
- Encarar la vida con pasión y entrega.
- Redescubrir lo auténtico.
- Armonizar muchos intereses en una sola vida.
- Actuar con ética férrea.
- Conocerse a sí mismo.
En Argentina también
En nuestro país la consultora Trendsity, realizó una encuesta en busca de potencialitas y detectó que el 15 por ciento de los argentinos ya es potencialista y el 34 por ciento aspira a serlo.
Mariela Mociulsky, una de las investigadoras de la consultora, indica: «En la Argentina ese comportamiento es producto de una herencia actitudinal que arrojó la inmigración: la noción de mezcla, de esfuerzo y de aceptar los cambios que, sumada a las cíclicas crisis económicas, estimuló el ingenio y la flexibilidad de los argentinos para dar cabida a este nuevo estereotipo”.
Los potencialistas vienen a proponer un cambio de mirada sobre el trabajo: generar nuestros ingresos sin resignar nuestras relaciones, nuestra salud y el poder hacer cosas que nos gratifiquen.