Es una gran repetición de palabras pero el concepto es así. La innovación abierta es una corriente que cambia los paradigmas con que las empresas hacen investigación y desarrollo. Del modelo cerrado, donde las ideas surgen y se trabajan dentro de la empresa para luego llegar al mercado; pasamos a uno colaborativo donde se incorporan soluciones externas y se comparten conocimientos con otras organizaciones.
La Innovación abierta es una corriente de innovación que numerosas empresas están adoptando a nivel mundial. Consiste en un modelo de gestión de la innovación que se basa en la colaboración con personas y entidades externas a la empresa.
El concepto fue definido por primera vez por Henry Chesbrough, profesor adjunto y director del centro de innovación abierta de la Escuela de Negocios Haas de la Universidad de California.
Él define innovación abierta como “el uso de los flujos internos y externos de conocimiento para acelerar la innovación interna y ampliar los mercados para el uso externo de dicha innovación”.
Se da un doble flujo de circulación del conocimiento: de “fuera hacia adentro” y de “dentro hacia afuera”. La primera implica abrir los procesos de innovación de la empresa a muchos tipos de información y aportaciones del exterior. La segunda concibe que las organizaciones permitan que las ideas propias no utilizadas o infrautilizadas salgan al exterior para que otros puedan usarlas en sus empresas y modelos de negocio. Esta opción es la menos explorada pero igualmente valiosa y puede tomar vías de salida del conocimiento como licencias de explotación o empresas nuevas, aparte de los canales de marketing y ventas propios de la compañía.
El secreto y la mentalidad de silo de la I + D empresarial tradicional, es cambiada por un modelo en el que se invita a un grupo más amplio de personas a participar en la resolución de problemas y el desarrollo de productos.
Esto se puede concretar de diversas formas: alianzas, cátedras de investigación con universidades, competiciones mediante crowdsourcing y ecosistemas de innovación.
Abierta vs. Cerrada
Tradicionalmente, las empresas han innovado con recursos propios. Una de las principales razones era la de proteger sus activos intelectuales. En estas compañías cuentan con grandes y costosas áreas de investigación para generar ideas propias que permita mejorar su posición en el mercado.
El conocimiento generado en estas empresas no suele ser completo lo cual hace que el aporte externo sea clave para mejorar la velocidad del desarrollo tecnológico.
La innovación abierta fomenta que las empresas utilicen las ideas que existen fuera de sus fronteras como uno de los pilares de la innovación.
El trabajo al interior de la empresa se centra entonces en crear conocimiento que no existe fuera.
Este modelo permite acelerar los procesos de innovación, reducir el riesgo y hacer más con menos.
Abrir las puertas al exterior ayuda a ampliar la cantidad y variedad de ideas para solucionar los problemas que la empresa necesita resolver y además se logran vías de investigación mejor conectadas con lo que el mercado requiere.
En las empresas con innovación cerrada la tasa de éxito es normalmente del 20 al 30 por ciento. Con el modelo de innovación abierta este parámetro se duplica.
Además, abrirse a ideas del exterior genera un aumento de entre un 40 a un 60 por ciento en la productividad y triplica la velocidad del proceso de Investigación y Desarrollo.
La innovación abierta es beneficiosa también en términos de costos y puede generar la confianza necesaria para atraer a inversores.
Una nueva forma de innovar está en marcha.