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Jardinería con niños

Si la cuarentena ya agotó todas tus ideas de actividades para hacer con los chicos, para este finde te proponemos una que seguro les va a encantar y que además les trae muchos beneficios. Cuidar el jardín con los niños es una muy buena opción para pasar tiempo en familia y desarrollar nuevas habilidades.

Para este fin de semana los invitamos a salir al patio (balcón, terraza o lo que dispongan) y meter las manos en la tierra. La jardinería es una actividad muy divertida para los niños pero además es una muy buena forma de desarrollar diversas habilidades y aprendizajes.

Mientras cuidan de las plantas los chicos aprenderán a respetar la naturaleza y comprender cómo crecen las plantas, qué cuidados necesitan y cómo obtenemos muchos de los alimentos que comemos.

Podrán desarrollar la responsabilidad al hacerse cargo de la supervivencia de estos seres vivos que necesitan de nuestra ayuda para subsistir y desarrollarse.

Es una buena forma de motivarlos a llevar una alimentación más sana ya que cultivar sus propios alimentos contribuirá a bajar la resistencia de algunos niños a consumir verduras.

Si lo que está faltando en los pequeños de la casa es paciencia, la jardinería es una actividad ideal. La semilla se planta y luego hay que esperar y trabajar para poder ver los resultados. Sin duda una gran lección que aprender.

Si cuidamos el jardín en familia demostraremos los beneficios de trabajar en equipo y hasta se creará un momento distendido y propicio para entablar el diálogo. Otros valores que aporta compartir esta actividad son la dedicación, el esfuerzo y la constancia.

Para los padres  no habrá mejor momento que ver en las caras de sus hijos la satisfacción por los resultados conseguidos.

Nuestros pequeños desplegarán su natural curiosidad y podrán convertirse en mini científicos. Las preguntas surgirán e ir encontrando las respuestas será un desafío muy divertido y que les dejará muchos aprendizajes.

Trabajando el jardín los chicos despliegan todos sus sentidos. Tocando la tierra podrán experimentar muchas sensaciones que seguro los mantendrán entretenidos un buen rato. Luego será el turno de ver crecer las plantas y comprobar los cambios que se van dando en ellas. Si lo que se sembró es comestible, hasta podrán saborear el producto de su trabajo.

La motricidad fina se verá muy estimulada ya que muchas de las tareas involucran esta habilidad. Agarrar semillas, colocarlas en el lugar indicado o manipular herramientas favorecerán el desempeño de los niños en este aspecto.

Otras habilidades que pueden adquirirse son la de organizar y planificar (hay que saber cuándo plantar, cuánto, dónde) o también matemática (por ejemplo al calcular qué cantidad de semillas pueden colocarse en una maceta).

 

Algunas ideas para empezar

Lo ideal es comenzar con actividades sencillas como trasplantar plantines a sus macetas definitivas o sembrar cultivos de simple mantenimiento  (ya sean comestibles o no).  No es necesario disponer de un gran patio y ni siquiera tener un espacio como ese. Basta un balcón, unas macetas o alguna pequeña porción de tierra.

Si tenemos jardín, lo mejor será trabajar directamente en el suelo pero la recomendación es delimitar una zona y colocar marcadores de qué plantamos en cada lugar para una mejor orientación de los niños.

La huerta es una muy buena forma de hacer jardinería con los chicos y se puede hacer tanto en  el piso como en macetas. No importa el tamaño, muchos vegetales pueden crecer perfectamente en lugares reducidos.

Una buena idea es hacer la vieja y conocida germinación que tantas veces hicimos en la escuela. Solo necesitamos un frasco transparente donde colocaremos algodón y algunas legumbres crudas. Humedecemos el algodón y a los pocos días ya podremos ver cómo van comenzando a crecer nuestras plantas.

Una opción de lo más divertida es crear “cabezas con pelo de hierba”. Para ello se requieren medias de nylon, tierra, semillas de césped y un vasito de yogur. Colocamos las semillas en la punta de la media, las cubrimos con tierra y cerramos con un nudo.

Luego, colocamos algo de agua en el vasito e introducimos la media con el nudo para abajo. Éste hará las veces de mecha para hacer llegar el agua a las semillas. Al cabo de unas semanas, el pasto empezará a crecer y será el momento de decorar la media con ojos, nariz y boca para formar un personaje. ¡Nadie se va a resistir a esta actividad!
Así que aprovechá el finde para disfrutar del sol y el jardín en familia. Es una buena forma de quedarse en casa y pasarla bien.