Grandes o pequeños, llenos de plantas o sólo con césped, nuestros jardines necesitan cuidados para lucir lindos y sanos. El riego es uno de los más importantes y existen varias opciones para que esta tarea no nos lleve demasiado tiempo ni derrochemos agua.
El riego es uno de los principales cuidados que necesitan nuestros jardines para mantenerse en condiciones. Es importante elegir el sistema adecuado que nos permita ahorrar tiempo y optimizar el consumo de agua.
Contar con un sistema de riegos para jardín tiene ventajas como:
- Menor consumo de agua.
- Posibilidad de instalar accesorios que generen el tipo de riego que cada planta necesita.
- Todo un jardín verde y saludable: los beneficios del riego alcanzan no solo al césped sino a todas las plantas del jardín.
- Fácil instalación: tanto los sistemas automáticos como los mecánicos son sencillos y fáciles de instalar.
- Posibilidad de automatización: casi todos pueden automatizarse logrando reducir tiempo de mano de obra y contar con la provisión de agua en todo momento en que se necesite.
Opciones para cada necesidad
La elección del tipo de sistema de riego depende de las dimensiones de cada jardín y plantas que éste tenga. La forma más común de riego es con manguera y de forma manual. Pero este es un método que requiere inevitablemente la presencia y trabajo de una persona, lo cual demanda tiempo. Además puede resultar ineficaz debido a que no se asegura la uniformidad de riego. La cantidad de agua que se utiliza es mayor y la presión del agua no controlada puede dañar flores y plantas. Este sistema aumenta el costo por mano de obra y consumo de agua.
Cuando decidimos instalar algún sistema automático, uno de los más usados es el riego por aspersión. En éste se utilizan aspersores de agua que rocían la superficie en forma uniforme. Los aspersores pueden ser de dos tipos: emergentes (aquellos que salen de debajo de la tierra para regar y luego se ocultan) y móviles (giran por la presión del agua).
El riego por aspersión es indicado para áreas grandes o medianas por lo cual se lo puede ver tanto en jardines domésticos como en espacios públicos.
Este método es muy recomendado ya que requiere menor consumo de agua, no afecta por su presión a las plantas rociadas, distribuye el riego uniformemente, no se dañan las raíces, se duplica el área a regar, se puede dosificar el agua con una buena precisión y disminuye el efecto de las heladas.
Una alternativa similar a los aspersores es el uso de difusores. Estos accesorios son muy similares, pero los difusores alcanzan menores distancias y no realizan movimientos circulares de rotación. Riegan en forma de arco, dispersando agua a presión. Se usan tanto para jardines grandes como medianos pero son ideales para pequeñas superficies.
Una alternativa diferente es el riego por goteo. Se trata de un sistema de irrigación localizado donde el agua se distribuye directamente en la parte inferior de las plantas o en sus raíces. Este método es el más eficiente en cuanto a consumo de agua.
Una de sus desventajas es que deben limpiarse con frecuencia los orificios de salida de agua ya que es común que se obstruyan. Como ventaja presenta que, al ser localizado, evita el crecimiento de malezas alrededor de las plantas a las que riega. Es muy adecuado para usarse en jardines verticales.
Una variante del riego por goteo es el riego subterráneo. En este caso, las cañerías con goteros se entierran a una profundidad de entre 5 y 50 centímetros.
Otro sistema, aunque menos común, son las cintas de exudación. Son tuberías de material poroso que distribuyen constantemente el agua a través de sus poros, formando una línea continua de riego.
Todos los sistemas, a excepción de la utilización de manguera, se pueden automatizar, lo cual asegura que los cuidados se realicen aún en ausencia de personas que se encarguen de ello.
Si todavía no lo hiciste, considerá las alternativas que te presentamos y ¡tené un jardín cuidado y radiante todo el año!