Cada año la lista de especies en peligro de extinción o extintas crece y el 2020 no fue la excepción. Sin embargo, en los informes sobre la realidad de la fauna del mundo hay también buenas noticias. Gracias a los esfuerzos de conservación más de 20 especies mejoraron su estatus.
Cada año la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) actualiza su Lista Roja, un documento que refleja los animales y plantas que están amenazados de extinción.
En 2020, 31 especies pasaron a ser consideradas extintas, categoría que se le asigna cuando no hay duda razonable de que el último individuo ha muerto. Esto implica no sólo que no haya habido avistamientos en varias décadas sino que “los intentos continuados de inspeccionar el hábitat conocido de la especie no hayan dado como resultado avistamientos ni evidencias de su supervivencia”.
Pero no todas son malas noticias, porque, como contrapartida, unas 26 especies mejoraron su categoría en la Lista Roja de la UICN, alejándose un poco más de la extinción.
Entre ellas un destacado es el bisonte europeo (Bison bonasus), el mayor mamífero terrestre de Europa. Este animal pasó de “Vulnerable” a “Casi Amenazado” y esto se debió a esfuerzos continuos y organizados para su conservación.
Entre los datos preocupantes del año que pasó se encuentra que, con la reclasificación del tucuxi (Sotalia fluviatilis) hacia la categoría “En peligro”, todas las especies de delfines de agua dulce del mundo están consideradas por la Lista Roja de la UICN como amenazadas.
Otras de las especies que tuvo cambios en su estatus fue el tiburón perdido (Carcharhinus obsoletus), que está en la categoría “En Peligro Crítico (Posiblemente Extinto)”. Esta especie fue avistada por última vez en 1934 y su hábitat, en el Mar del Sur de China, ha sido extensamente pescado durante más de un siglo. Estas condiciones hacen prever que esta especie desapareció.
De las 17 clases de peces de agua dulce endémicas del lago Lanao y su desembocadura, en Filipinas, 15 pasaron a la calificación “Extintas” y las demás están “En Peligro Crítico (Posiblemente Extintas)”. Una de las principales causas de esta situación es la introducción de especies depredadoras, lo cual se agrava con la sobreexplotación y los métodos de pesca destructivos.
Dentro de las nuevas especies extintas hay también tres tipos de ranas centroamericanas, problema causado principalmente por una enfermedad llamada quitridiomicosis.
Actualmente hay 128.918 especies en la Lista Roja de la UICN, de las cuales 35.765 están amenazadas de extinción.
La Lista Roja de UICN
Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza es la mayor organización a nivel mundial en cuanto a la protección de la diversidad biológica. Fue fundada en 1948 y es referencia en la materia. Hoy cuenta con unos 11.000 expertos desplegados en todo el mundo, que realizan seguimiento a especies vivas y estudian las amenazas para su supervivencia.
Como resultado de su periódica evaluación de la situación de las distintas especies, lleva adelante la llamada “Lista Roja”, donde se catalogan a los animales, hongos y plantas conocidos según el nivel de amenaza que enfrentan.
Esta lista es un indicador crítico de la salud de la biodiversidad del mundo y constituye una importante herramienta para informar y encauzar las acciones para la conservación de la biodiversidad y los necesarios cambios en las políticas, a fin de proteger los recursos naturales que necesitamos para sobrevivir.
Lamentablemente, cada año la lista de especies extintas y en peligro de extinción crece más.
Causas y Efectos
La desaparición de algunos animales de mayor “renombre” es más notoria para la humanidad. Pero muchas otras, no tan conocidas, al extinguirse generan severas consecuencias en los ambientes en los que vivían. Muchas de ellas son importantes en los ecosistemas por su función polinizadora, porque sirven de alimento a otras especies o porque tienen una relación simbiótica con ellas. Su desaparición provoca un efecto cascada que lleva a otras especies a correr la misma suerte.
Entre las principales causas de extinción de las especies encontramos la destrucción o fragmentación de sus hábitats. La creciente población mundial demanda cada vez más espacios para cultivar o criar ganado, lugar que se gana avanzando sobre los ecosistemas donde viven muchos animales. La destrucción del hábitat se da también en forma indirecta por las consecuencias del cambio climático (incendios, inundaciones).
Otras causas de extinción son la introducción de especies invasoras (de manera intencional o accidental), la sobrepesca, la contaminación de los ecosistemas y la caza.