Esta nueva forma de trabajo pisa cada vez más fuerte y surgen muchos nuevos espacios en casi todas las ciudades. Pero, ¿sólo se trata de compartir un lugar o hay algo más? Sí, ¡hay algo más! Colaboración, flexibilidad, sinergia… toda una modalidad laboral que nos brinda mucho más que un sitio donde trabajar tranquilos.
Al preguntar a encargados de coworkings qué es esto la respuesta casi al unísono es: “un espacio de trabajo colaborativo” y en esa última palabra se resume gran parte del espíritu de estos lugares.
No se trata solo de compartir una oficina, de ir allí a trabajar y nada más, si no que cuando decimos coworking hablamos de colaboración, sinergia, cooperación, alianzas… “Todas las palabras buenas con co-, van para definir los valores de estos espacios”, indica uno de los entrevistados.
En un coworking se encuentran profesionales de distintas disciplinas, emprendedores, miembros de empresas que “conviven en una rutina laboral, generando no solo nuevas conexiones si no también un clima de cooperativismo, colaboración y flexibilidad”, indica Florencia Fernández de Parque Coworking, ubicado en la zona de Banda Norte en Río Cuarto.
Matías Foglia de Ramos Generales Coworking define a estos lugares como: “una comunidad de gente que va a compartir un espacio de trabajo, cada uno en su profesión y ocurre algo que es esto de la sinergia y que no es solamente ir a compartir ese lugar, sino que compartís varias cosas más que solo el espacio físico”.
En cuanto a los inicios de esta modalidad, Pablo Minardi, uno de los administradores de Mindset Coworking, indica: “los coworking nacieron entre varias personas que alquilaban un lugar dividían gastos y trabajaban cada uno en lo suyo. Pero lo más enriquecedor que ellos empezaron a distinguir era que llegaban sin conocerse, generaban relaciones y amistades y a su vez muchas veces surgían oportunidades de negocio o sociedades o emprendimientos en conjunto. Entonces eso se fue profesionalizando”.
Ignacio Etchepare de Host, un coworking ubicado en la ciudad de Córdoba, cuenta algo que se dio en este fenómeno: “Mucha gente vio que se puso de moda, que es divertido y que es fácil porque la barrera de entrada es muy chiquita. Entonces agarró el garaje de la casa de la abuela y se puso un coworking. Pero no es tan fácil porque no es una cuestión de espacio sino más bien de espíritu. Una persona que gestiona y coordina el espacio necesita manejar herramientas y soluciones del tipo de recursos humanos. Te tenés que preocupar de que la gente tenga un lugar limpio, lindo, decorado, de buen ambiente, que se conozca con el resto, que haya oportunidades de conocerse con los demás, que en la oficina siempre haya cosas ricas. Ese es el error por el cual muchos fracasan. Si uno no está en el espacio, gerenciándolo, gestionándolo y tratando de que la gente esté a gusto, sería solo un negocio inmobiliario y esto es todo lo contrario”.
En el mismo sentido va Minardi cuando destaca que “un coworking no es solo el espacio para trabajar, sino que debe haber alguien que fomente el sentido de comunidad y que preste el contexto para que se conozcan los diferentes coworkers. Si no hay alguien que modere no es un coworking”.
¿Cómo se trabaja en estos espacios?
En esta modalidad de trabajo lo que manda ante todo es la flexibilidad. Es por ello que las maneras en que las personas pueden formar parte de un coworking son variadas.
“Las personas realizan su actividad de manera independiente en cuanto a horarios, modalidades de trabajo, relación con sus clientes. Contamos con espacios flexibles que pueden personalizarse y adaptarse al crecimiento de un proyecto”, cuenta Nora Martin de Interdiseño Coworking de la ciudad de Río Cuarto.
Desde Parque nos indican: “El sistema es muy dinámico, con lo cual, ofrecemos diferentes alternativas de contratación y eso dependerá de la necesidad de cada profesional. Disponemos de oficinas privadas, espacios compartidos, sala de reuniones”.
Si bien hay varios modelos, el esquema general en ciudades como Río Cuarto, según nos indica Matías de Ramos Generales, es “parte de oficinas privadas y parte de espacios comunes en donde la gente se junta a trabajar. Cada uno lleva su computadora y nosotros proveemos el espacio físico con las mesas, los servicios de wi fi, limpieza, áreas comunes como la cocina, infusiones, etcétera”.
Luis Bufrini, encargado de CyB Coworking, indica que la modalidad con la que ellos trabajan es solo de oficinas privadas. Los espacios compartidos a ellos no les funcionaron.
En cuanto al tiempo de contratación, las opciones son muy variadas. “Podés ir a trabajar por hora, por día, por mes. No hay modalidades fijas. Las oficinas por lo general se alquilan de forma mensual, pero para el resto de los espacios no hay una regularidad”, indica Foglia de Ramos Generales.
Muchos de estos espacios ofrecen paquetes como por ejemplo part time (medio día a la mañana o a la tarde) o full time (todo el día), como una forma de organizar la contratación pero en la práctica no hay limitaciones ni tiempo mínimo para utilizar los servicios de estos espacios. “El 90% de las personas que van lo pagan por mes, solamente un 10 o un 15% lo contratan por hora o por día. Pero tenemos también personas que vienen de otras ciudades, de paso, trabajan 5 horas y se van. Gente que viene 1 día o una semana porque está de vacaciones en las sierras y se viene a trabajar a Río Cuarto”, afirma Matias para ilustrar la flexibilidad de este tipo de lugares.
Ignacio Etchepare resume: “lo que rentamos y comercializamos son espacios de trabajo, o sea una posición. Tenemos lugares, que son compartidos con mesas grandes en donde lo que tratamos de hacer es ser generosos con el espacio, aun pensándolo pre pandemia. Se comercializa un puesto. Por eso se los llama hot desk, porque son calientes, empiezan a circular las personas por la misma posición”.
También las empresas
Los espacios de coworking son utilizados también por empresas para variados usos, ya sea para tareas puntuales como reuniones, capacitaciones o selección de personal como para ser el lugar de trabajo de sus empleados. “Se ha venido dando mucho por la pandemia que las empresas han decidido montar hubs en diferentes lugares de la ciudad, sobretodo acá en Córdoba que es grande. Entonces tienen por ejemplo uno en zona norte, otro en el centro y otro en la zona sur y sus empleados pueden ir a trabajar donde quieran”, afirma Etchepare, uno de los encargados de Host.
Matias Foglia nos cuenta: “Hay lugares del mundo donde las empresas directamente ya tercerizan en coworking sus oficinas y envían a todos sus empleados ahí. De este modo todos los gastos y la gestión los asume el coworking. Hay empresas que contratan pisos enteros”.
Desde Mindset afirman que “empresas de gran envergadura envían toda un área a un coworking y han notado que esas áreas son mucho más productivas”.
Los valores que sustentan en trabajo
“Estos nuevos paradigmas de trabajo traen cooperación, solidaridad, empatía”, indica Nora de Interdiseño.
“Estos espacios tienen la particularidad de que se da la interacción entre los diferentes profesionales, si bien las profesiones/rubros son muy diversos, se dan esas conexiones entre la comunidad, que es maravilloso. Se van haciendo consultas, y dando trabajos entre ellos mismos, es muy rico en ese sentido. Es una nueva filosofía de vida laboral”, sostiene Florencia de Parque. Ella agrega que “la esencia de estos espacios es la comunidad, la interacción, el compañerismo”.
“Yo creo que la palabra colaborativo es la que engloba al coworking. Colaborativo, cooperativo hacen al espíritu y la esencia del coworking”, asegura Matias Foglia de Ramos Generales, quien suma también como valor la amabilidad. “Los coworking en general son un lugar muy amable para ir a trabajar”, manifiesta.
Para Ignacio Etchepare algo básico en un espacio como estos es tener un perfil de cliente definido. “Si yo no genero un ambiente lógico para que la gente esté a gusto, más allá de que puedan ser buenas personas, si yo no logro darle un perfil a mi espacio de manera que naturalmente las relaciones se den, es difícil. La filosofía y la forma de trabajo es tratar de darle esa orientación a tu espacio para que la gente que te elija tenga más o menos los mismos valores”, dice.
Luis de CyB nos habla de alianzas y sinergia.
Más allá de algunas diferencias en sus modelos, lo que prima en estos lugares es la cooperación, el sentimiento de comunidad y el trabajo colaborativo. Una nueva forma de trabajar a la que todos estamos invitados.
Los pro y los contra
Entre las ventajas las más citadas son:
- Eliminar los importantes gastos que implica montar una oficina.
- Menores costos que mantener una espacio por cuenta propia.
- Comodidad: se incluyen los servicios que los profesionales necesitan permitiendo que éste puede concentrarse y hacer foco sólo en su proyecto, todo lo demás está resuelto.
- Mayores contactos que pueden generar oportunidades laborales o de negocios.
- Flexibilidad de precios y usos de los espacios. No hay contratos ni limitaciones.
- Mejora la disciplina
Para las desventajas, las respuestas fueron pocas pero algunas de las citadas tienen que ver con la privacidad y el silencio. Sin embargo, Ignacio Etchepare (Host) lo explica así: “hay desventajas en las personas que no terminan de entender el concepto, porque viene alguien a sentarse en una mesa compartida y al rato te dice ‘che, acá hay mucho ruido’. Y no es que haya mucho ruido lo que pasa que la persona busca un silencio absoluto que no va a encontrar en un coworking”.
Matias Flogia (Ramos Generales) agrega: “hay algunos que son muy específicos para algunas profesiones y entonces va alguien de otra área y le cuesta enganchar. Otra cuestión es la privacidad. Si a vos te gusta trabajar de forma privada, salvo que contrates una oficina, va a ser difícil porque siempre hay gente dando vuelta y alguien que te saluda, que charla, que pasa”.
Minardi suma una cuestión relacionada con Río Cuarto o ciudades más pequeñas: “a lo mejor alguien siente que su marca no se ve al público porque no tiene un cartel con su logo en la puerta. Pero eso es muy relativo hoy por hoy porque el mundo digital ha acaparado todo. Salvo grandes marcas casi todo se vende por internet. La virtualidad le ganó a eso pero al ser una ciudad chica todavía puede llegar a haber una desventaja en eso”.
Precios
Dadas las múltiples alternativas que ofrecen estos espacios es difícil fijar un precio preciso pero a modo de orientación en Río Cuarto un puesto contratado como Part Time ronda los $3000 a $4500 mensuales y como Full time, va entre los 5000 y 7000 pesos. En Córdoba, una posición full time puede costar unos 8000 pesos más IVA al mes y puede llegar a los 14 o 15 mil también. En Buenos Aires esa misma forma de contratación puede costar hasta más de 20 mil pesos.
En cuanto a las oficinas los valores para una de menor dimensión son de unos $10.000 mensuales y unos $15.000 para una más grande.
Muchos espacios ofrecen oficinas que pueden utilizar varias personas de un mismo grupo y que pueden llegar a costar cerca de $30.000.
Destacados:
“Si tenes problemas con la gente, con la cercanía y con los roces, el coworking no es un lugar para vos. Y si sos esritor o médico probablemente tampoco, pero para eso hay espacios privados”. (Ignacio Etchepare – Host)
“Más allá de la forma de trabajar, las ventajas más prácticas son que encontrás un espacio donde todos los costos fijos los absorbe el lugar. Vos vas, pagas por eso y no te tenés que preocupar de la limpieza, del servicio de wi fi. Siempre tenés alguien que te está gestionando todo. Vos solamente te llevás tu computadora, te sentás y trabajás” (Matias Foglia – Ramos Generales)
“La identidad de un trabajo ya no la da un espacio físico” (Pablo Minardi – Mindset)