Desde hace unos años en nuestro país es obligatorio que los niños menores de 10 años viajen en el asiento trasero y con silla de seguridad. La elección, instalación y correcto uso de este dispositivo son claves para lograr la máxima protección frente a accidentes.
Ya no se discute la importancia del uso de sillas de seguridad para niños en los autos. Estos accesorios protegen a los pequeños en caso de accidentes de tránsito. El uso de los mismos reduce el riesgo de contacto con el interior del vehículo y disminuye la gravedad de las heridas en caso de producirse dicho contacto.
Si el niño está usando correctamente su silla, las fuerzas producidas por un impacto se distribuyen sobre las partes más resistentes de sus cuerpos reduciendo las lesiones. Además se impide que sea expulsado del vehículo. La Organización Mundial de la Salud afirma que los asientos infantiles previenen entre el 50 y el 80 por ciento de todas las lesiones y son la mejor opción para proteger a los niños.
El criterio principal para la elección de una silla de seguridad es el peso del niño. Si bien en los detalles de cada unidad se citan edades estimadas de uso, lo que hay que considerar es cuánto pesa quien lo va utilizar. Esto es porque ese parámetro es el que determina la resistencia que debe ofrecer este elemento.
Las sillas se dividen en grupos. El grupo 0 es para bebés de hasta 10 kilogramos y el 0+ de hasta 13. Por lo general los asientos de este grupo pueden ser de dos tipos: los llamados “huevitos” y las sillas para bebés. En el primer tipo el bebé viaja tumbado, en el otro en posición más vertical, aunque hay algunas que permiten una inclinación. Los dispositivos de este grupo deben instalarse siempre mirando hacia atrás.
El grupo I es para niños de 9 a 18 kilogramos (de uno a tres años aproximadamente). Son sillitas que se sujetan al vehículo con el cinturón de seguridad o con el sistema ISOFIX. El niño viaja sujeto con un arnés de seguridad. Pueden instalarse mirando hacia delante pero lo recomendable es que vayan mirando hacia atrás todo el tiempo que sea posible.
Muchos padres se preocupan porque sus hijos tocan con las piernas el respaldo del asiento del automóvil. Sin embargo, los niños pueden doblar las piernas fácilmente y las lesiones en esta zona, causadas por esta orientación, son muy poco frecuentes.
Los niños que pesan entre 15 y 25 kilogramos deben usar butacas del grupo II. En este caso se trata de una base y un respaldo que se deposita normalmente sobre el asiento del vehículo. La sujeción del infante se realiza mediante el cinturón de seguridad del vehículo. Este tipo de asientos infantiles “eleva” a su ocupante de modo que el cinturón de seguridad del auto le ajuste correctamente, pasando por las zonas más resistencias de su anatomía (las caderas, el esternón y la clavícula).
Para los nenes más grandes (de 22 a 36 kilos) se usan las sillas del grupo III que son bases, en algunos casos, con respaldo. El sistema de sujeción de las criaturas es similar al del grupo anterior.
Hay algunos modelos que abarcan más de un grupo, pero los especialistas recomiendan que, dentro de las posibilidades económicas de los padres, se elijan sillas que sean exclusivas para un grupo.
Recomendaciones para un uso seguro
Los expertos en seguridad vial brindan algunos consejos a tener en cuenta para que las sillas infantiles sean realmente seguras.
Siempre es mejor colocar al niño mirando hacia atrás que hacia delante (hasta que su altura lo permita). El cinturón de adulto no protege al niño, es otra de las advertencias de los especialistas.
Seguir siempre las indicaciones del fabricante tanto para la elección como para la instalación y uso de la silla asegurará la protección necesaria frente a accidentes.
Los elevadores son mejores con respaldo. En todos los casos se recomienda no agregar elementos extra que no estén homologados ni recomendados por el fabricante.
Es muy importante ir cambiando de silla o de sistema de retención homologado en función del crecimiento de los niños.
En cuanto al uso los principales consejos son:
- Utilizar siempre asientos en buen estado que dispongan de todas sus piezas y de su manual de instrucciones.
- No utilizar asientos que hayan actuado en accidentes graves. Aunque no se vean, pueden haber sufrido daños que resienten su resistencia frente a otro siniestro.
- No usar sillas infantiles muy antiguas o que hayan estado expuestas durante mucho tiempo al sol.
- Elegir siempre productos homologados y adecuados al peso y altura del niño. Cuando la cabeza sobrepase la altura máxima del asiento infantil, deberá cambiarse por uno de mayor tamaño, o de un grupo superior.
- El lugar más seguro para instalar la silla es el asiento trasero central por estar más alejado de cualquier zona de impacto en caso de accidente. Pero si este sitio solo dispone de cinturón de dos puntos y se va a usar un elevador, éste debe situarse en una de las plazas laterales con cinturones de tres puntos. Si la silla cuenta con anclajes Isofix es recomendable instalarla en el lugar donde se cuente con los mismos ya que habrá menos posibilidades de error en su colocación.
- El dispositivo debe estar sujeto al vehículo de manera firme. Para comprobarlo, intentar mover con fuerza la sillita. No debe desplazarse hacia los lados ni hacia adelante más de 2 o 3 centímetros.
- Si la inclinación puede regularse, lo ideal es que el respaldo forme un ángulo con la línea vertical de entre 30 y 45 grados.
- Regular las cintas superiores del arnés infantil para que salgan a la misma altura aproximadamente que los hombros del niño.
- Si el arnés del asiento infantil dispone de revestimientos acolchados situados sobre sus cintas altas, deben colocarse correctamente sobre las clavículas y la parte superior del pecho del niño y evitar que queden retorcidos.
- Ajustar siempre los cinturones del niño al principio de cada viaje.
- Evitar colocar a los niños dentro de la silla con abrigos muy gruesos. Estos pueden comprimirse en caso de accidentes y dejar muy flojas las tiras del arnés.
- Comprobar frecuentemente que la sillita infantil se mantenga firmemente sujeta al asiento del vehículo
La seguridad de nuestros niños es lo más importante. Puede que al principio cueste que se queden en sus sillas y que estén contentos de estar ahí. Pero los beneficios valen el esfuerzo de seguir intentando hasta lograr que se acostumbren.