Si pensamos de qué está hecha la nieve (agua congelada) posiblemente se nos plantee la duda acerca de su color. Si el hielo y el agua son transparentes, entonces ¿a qué se debe que la nieve sea blanca?
La respuesta a este interrogante está en el aire.
La nieve está formada de cristales de hielo de formas hexagonales, a los que conocemos como copos. Éstos se forman en nubes saturadas de gotas de agua cuya temperatura desciende hasta los 12 grados bajo cero. A medida que los copos se van juntando, debido a su forma, queda atrapado aire entre cada uno.
Ese aire contenido entre los copos refleja toda la luz que le llega y esto hace que la veamos blanca. Lo que sucede en verdad es que cada partícula del aire refleja un color de luz en particular pero, como lo hacen en todas las direcciones, los colores vuelven a juntarse y llegan a nuestro ojo como blanco que es la suma de todos.
Este mismo efecto es también el que hace que veamos las nubes blancas. Las minúsculas gotas de agua contenidas en ellas son las que logran su color.
Otros cualidades que le aporta el aire
El aire contenido entre los copos también es el responsable de que cuando haya nieve sintamos una especie de calma y silencio. Cuando nieva en una ciudad, el ambiente se vuelve silencioso y esto no se debe a que la gente no salga y las cosas hagan menos ruido. La razón es que la nieve amortigua el sonido debido al aire que alojan los copos en su interior y al que queda atrapado en la nieve acumulada. En los cúmulos de nieve hay abundantes cavidades con aire que ayudan a este efecto.
¿Conocías esto?