La vida de 1816 y la actual son muy diferentes. Sin embargo, hay algunas costumbres que se mantienen, principalmente en lo que respecta a la comida. ¿Cuál imaginas qué serían los platos preferidos de los hombres y mujeres de la Independencia?
La comida une a la familia y es el motivo de reunión de los amigos. Pero a través de los sabores es posible también unir dos momentos de la historia muy diferentes.
Muchas de las comidas que se consumían en las épocas de la Independencia argentina, son las que ahora comemos para celebrar este día.
Las comidas típicas de ese momento eran ricas en proteínas y grasas, contrarrestaban el frío y proporcionaban calorías al cuerpo. En el tope del ranking estaban el locro, las empanadas, la carbonada criolla, la mazamorra y el asado.
Casi todas ellas se consumen en la actualidad, algunas más cotidianamente como el asado y las empanadas y otras, de forma más esporádica, como el locro.
Pese a que se mantienen estas recetas desde aquel momento, hay algunos datos que damos por sentados que no ocurrían así en la época colonial.
El escritor Daniel Balmaceda, en su libro “La comida en la historia argentina” (Editorial Sudamericana, indica que lo de “empanaditas calientes…” no era así. Las empanadas criollas no eran un plato hogareño sino que se compraban en puestos de la calle. Las señoras que las vendían generalmente vivían en las afueras de la ciudad y las traían en canastos tapadas con un género. Dado el traslado, lo que se espera es que llegaran más frías que calientes.
Otra curiosidad que resalta el escritor es que en la Revolución de Mayo se sentaron las bases del delivery moderno. ¡Sí! Esto sucedió porque, durante el 22 de mayo de 1810, los integrantes del Cabildo Abierto sesionaron desde las 8 de la mañana hasta las 12 de la noche sin parar. Como es de esperarse, en algún momento les dio hambre y decidieron pedir al dueño de una fonda cercana que les lleve comida.
Antes de que existieran las golosinas actuales o el helado, los niños de los inicios del 1800, tenían como dulce preferido la mazamorra. Este postre es una mezcla de maíz blanco, azúcar molida y leche cruda que se comía a toda hora. Los mazamorreros eran muy populares y recorrían las calles a caballo cargando tarros con esta preparación.
Los platos que se consumen hoy
El locro es el plato por excelencia para el festejo de las fechas patrias. Este guiso es de origen quechua y se expandió desde la zona del Alto Perú hacia el sur. Como se valían de los elementos de la tierra para prepararlo, los ingredientes y la forma de realizarlo variaban según la región, pero siempre manteniendo como principal componente al maíz.
Algunos historiadores indican que para la Revolución de Mayo este plato no era muy común. Pero, las postales de la Independencia lo muestran como uno de los preferidos de los porteños.
Aunque no pasaron mucho años entre un hecho y otro, existen diferencias entre lo que se comía en 1810 y en los tiempos de la Independencia. Al parecer, cortar la dependencia de España trajo cambios gastronómicos también. Hasta ese momento las costumbres a la hora de comer estaban atadas a las que trajeron los colonizadores, pero al llegar la independencia los argentinos comenzaron a comer sus platos locales.
Las empanadas siguen siendo una de las comidas argentinas preferidas en la actualidad. En ese momento eran furor en las calles. Son un snack muy práctico para comer lo cual las volvió muy aptas para la venta ambulante. En un principio se las preparaba con cebolla y carne, luego fueron sumando pasas de uvas en algunas regiones, así como papa y cebolla de verdeo, en otras.
La carbonada criolla, otro plato típico de principios de 1800, es de origen belga y es el que más se comía en la época. Esta preparación, a base de carne, choclos, cebolla y orejones o pelones, se sirve normalmente dentro de una calabaza.
Si hablamos del día de la independencia y otras fechas patrias, los pastelitos siempre se hacen presentes. Algunos historiadores señalan que en el siglo XIX podrían no haber tenido la forma actual. Sin embargo, la amplia disponibilidad de grasa, harina y dulce de membrillo hacia que los pastelitos fueran muy sencillos de preparar y se los encontrara en casi todas las calles de la antigua Buenos Aires.
Hoy muchas de estas comidas son acompañadas con vino, bebida que también está presente en la mayoría de los encuentros familiares o de amigos. En la época colonial no era frecuente que se lo bebiera en las famosas tertulias. En estas reuniones en casas de familia que se extendían desde las 20 hasta la madrugada, lo que comúnmente se consumía eran tortitas, mate y chocolate caliente.
El vino se tomaba al mediodía.
Algunos otros platos de la época son los tamales tucumanos, las tabletas tucumanas de miel, la ambrosia, los gaznates y el arroz con leche.