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¿Qué forma de trabajo nos dejará la pandemia?

La oficina tal como la conocemos puede que haya cambiado para siempre. La pandemia nos obligó a adaptar nuestra forma de trabajo y muchos descubrieron nuevas maneras de organizarse. Algunas de ellas parecen haber llegado para quedarse. ¿Volveremos a trabajar de la misma forma que antes?

Las primeras oficinas con personas sentadas detrás de un escritorio trabajando en ciertos horarios fijos surgieron hace siglos y, pese a la incorporación de nuevas tecnologías y algunos cambios menores, no han tenido variaciones significativas en cuanto a su organización.

La pandemia nos alejó de nuestros lugares habituales de trabajo y surgieron nuevas formas para continuar desempeñando nuestras tareas.

David Mott, es un inversor de capital de Reino Unido que, en entrevista con BBC, analizó las nuevas modalidades que adoptarán las oficinas luego de la pandemia.

El empresario considera que la crisis sanitaria que atravesamos nos da una «enorme oportunidad para un cambio histórico real» y para «reinventar el concepto de oficina».

Muchas empresa, de los más variados, rubros están replanteando sus formas de trabajo a partir de lo que vivimos este año.

Si hay algo que hemos descubierto en este tiempo es que para hacer nuestro trabajo, en muchos casos, ya no es necesario concurrir a un espacio determinado con un horario fijo, sino que nuestra casa, la de un amigo, un bar o un lugar de coworking pueden ser nuestra oficina. Por supuesto que hay trabajos y profesiones que requieren si o si ir a un determinado lugar, pero el “trabajo de oficina” ya no volverá a ser el mismo.

 

Nuevas oficinas

Mott identifica al menos cinco modelos nuevos de oficinas que están surgiendo a partir de la pandemia.

El primer formato es el de la oficina totalmente remota. Es lo que experimentamos en los momentos del aislamiento total y que pudimos sostener gracias a distintos sistemas de videollamadas.

Las personas que denominamos nómadas digitales ya tenían incorporada esta práctica pero ahora se extiende a muchos otros trabajadores.

Las dificultades a sortear en este modelo son que la tecnología nos acompañe como necesitamos y sortear la falta de contacto entre los miembros del equipo.

Para ello se llevan adelante diferentes acciones con el fin de estrechar lazos y generar cohesión entre las personas que trabajan juntas. Mott cita casos donde se organizan cenas virtuales o actividades como catas de chocolates u otras.

La principal ventaja de este sistema es la posibilidad de expandir las fronteras de nuestras empresas pudiendo incorporar talentos de lugares lejanos. Además implica menores costos de funcionamiento.

Una segunda opción es el modelo híbrido. En este formato se intercala el trabajo remoto con unos pocos días a la semana de trabajo presencial. Esto permite balancear mejor la vida profesional con la personal, reducir tiempos de traslados y estrés; sin perder el contacto cara a cara tan necesario en algunos casos.

Tanto el primero como el segundo formato, pueden no funcionar en personas que se sientan más cómodas con una rutina más establecida y requieren en el empleado una mayor capacidad para organizar sus tiempos y espacios.

Mott identifica como tercer modelo el “Remoto plus». Es una variante del híbrido pero en vez de ir unos días a la semana a la oficina, se concurre una semana completa y se realiza trabajo remoto las tres semanas restantes del mes.

Si bien no es un modelo muy utilizado, muchas empresas están analizando su aplicación. Es especialmente útil cuando los trabajadores viven lejos de su lugar de trabajo.

Hub & Spoke, es otro de los nuevos formatos de oficina que nos deja la pandemia. Se trata de un sistema de distribución radial, que se expande desde un centro hacia diferentes direcciones a modo de rayos.

Un ejemplo podría ser agrupar a los trabajadores por la zona en la que residen y generar micro centros de trabajo para que puedan encontrarse allí algunos días. En su base es también un sistema híbrido porque se alternaría el trabajo remoto con la asistencia a estas oficinas descentralizadas.

El quinto modelo es el más flexible. Se trata de priorizar la calidad sobre la cantidad de tiempo de trabajo. Lo que importa es el resultado de la tarea realizada y no el tiempo que pasamos haciéndolo.

Esta opción da más flexibilidad para adaptar nuestra actividad laboral a otros compromisos, pero requiere de un alto nivel de confianza entre los miembros del equipo.

Si bien muchos especialistas prevén que la mayoría de las empresas mantendrá sus oficinas físicas, la forma en que haremos uso de las mismas cambiará. La pandemia nos obligó a pensar nuevas formas de relacionarnos con los demás y el trabajo no escapa a esto.