Pese a los problemas y desafíos que generó la pandemia, la mayoría de los argentinos afirma haber sacado provecho de la cuarentena y confirma que logró generar buenos lazos de convivencia. Consejos para la convivencia y la socialización de los niños.
Al cierre de esta edición el país pasaba la barrera de los 140 días de cuarentena, en distintas modalidades. Primero fue el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) dictado por el gobierno con el Decreto 297/20 y que entró en vigencia el 20 de marzo. Después llegó, para muchas regiones del país entre las que está Río Cuarto la fase de “Distanciamiento”. Con la nueva etapa se incrementaron las actividades comerciales, industriales y de servicio, pero en otros aspectos se mantienen muchas restricciones. La evolución del propio virus hizo que las autoridades revisen día a día las actividades permitidas. Así llegamos al quinto mes de cuarentena con reuniones familiares y sociales prohibidas, la circulación restringida sólo para las actividades permitidas y las clases presenciales aún sin fecha clara de retorno.
A la vez, la cuarentena prolongada trastocó los hilos fundamentales de la organización familiar y las relaciones interpersonales. ¿Qué cambió? Entre otros aspectos ya se verificaron modificaciones en un sinnúmero de conductas, varias vinculadas al cambio que supone para muchas personas haber visto interrumpida su capacidad laboral, por estar vinculados a actividades aún no flexibilizadas (turismo y hotelería, recreación, espectáculos públicos, organización de eventos, gimnasios, guarderías y tantos otros) o por haber resentido fuertemente la demanda de servicios profesionales o autónomos. Como sea, el impacto del Covid-19 en las relaciones interpersonales es algo con lo que aún convivimos.
La organización de las tareas del hogar, el cuidado de los niños, la responsabilidad en la atención de los adultos mayores, la aparición de síntomas de agotamiento, estrés o ansiedad, el cambio en las rutinas educativas, alteraciones en los hábitos de aseo, el ejercicio físico, la alimentación e incluso modificación en los hábitos de consumo de productos culturales son apenas la punta del iceberg de cambios que en muchos casos serán sustanciosos y de largo plazo.
Sin embargo, el impacto tiene un costado positivo, al menos
en términos de la “nueva convivencia” que se gestó a partir de la cuarentena que los argentinos están atravesando desde marzo.
Convivencia positiva
Una aproximación en este sentido se puede apreciar con el trabajo “PANDEMIA, ÁNIMO Y RELACIONES SOCIALES”, del Centro de Estudio de Investigaciones Sociales de la Fundación UADE y Voices. El trabajo de campo se realizó en base a encuestas online complementadas con encuestas telefónicas para lograr una cobertura adecuada de todos los sectores socioeconómicos en todo el país, alcanzando un total de 1.315 respuestas de personas de 16 años y más. Entre otros aspectos el trabajo indagó sobre la relación de los argentinos con su grupo de convivencia durante la pandemia y sus niveles de comunicación con amigos y familiares externos a su hogar. Allí se determinó que la mayor parte de los argentinos reconoció estar a gusto con la convivencia en el hogar junto con otras personas. El 87% reconoce que la misma ha sido Buena (39%) o Muy buena (49%) hasta el momento, incrementándose este porcentaje entre los mayores de 50 años (95%), los ciudadanos de nivel socioeconómico más alto (93%) y de mayor nivel educativo (94%). Por otra parte, el 12% refiere a su convivencia en el hogar como Regular y apenas el 1% identifica la misma como Mala.
Mejor en pareja
Aquellos que habitan únicamente con sus parejas son quienes mayores niveles de satisfacción en la convivencia diaria expresan. Por un lado, casi la totalidad (94%) de quienes comparten su hogar únicamente con sus parejas expresan que la convivencia hasta el momento ha sido Buena o Muy buena.
Más comunicación
En lo referente a la comunicación con personas externas a su hogar los argentinos expresaron altos niveles de relacionamiento con aquellos. Ocho de cada 10 habitantes (80%) afirman que se comunican frecuentemente (Muy o Bastante) con sus amigos o familiares, mientras que 2 de cada 10 (20%) dicen comunicarse poco o nada con ellos. Los niveles de comunicación son más altos entre las mujeres (82% vs. 77% hombres), los mayores de 50 años (90% vs. 78% de quienes tienen entre 30 y 49 años y 72% de quienes tienen entre 16 y 29 años), los ciudadanos de mayor nivel socioeconómico (alto y medio alto: 91% – medio: 81% – bajo y medio bajo:87%) y de mayor nivel educativo (superior: 89% – secundario:80% – primario: 79%). Todos los grupos de convivencia se comunican mayoritariamente con familiares o amigos. Entre quienes viven solos un 80% lo hace muy o bastante frecuente mientras un 20% lo hace poco o nada frecuentemente.
Consejos para la convivencia y el fortalecimiento de los lazos familiares
Juan Pablo Díaz, Psicólogo encargado de Formación y Desarrollo Organizacional de Colegium, comparte algunas claves para fortalecer los lazos familiares y mantener la armonía en tiempos de cuarentena. Durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio la cantidad de horas que debemos compartir con nuestros familiares, parejas e incluso amigos se incrementan, junto con las posibilidades de tener roces y desencuentros que se generan por el mismo desgaste de la convivencia.
La nueva “normalidad” que trajo consigo la pandemia, significó una reconfiguración de las actividades escolares, laborales y también de los vínculos afectivos, ya que muchas familias se ven obligadas a habitar un mismo espacio, en muchos casos reducido, durante varias horas del día. Ahora, ¿cuáles son las consecuencias de esta situación? “En muchos casos, esta dinámica puede generar desunión, dificultades afectivas y hasta separaciones, pero, en otros, también puede ser una buena oportunidad para que la familia se una, comparta y trabaje ciertas cuestiones que antes estaban opacadas por la rutina”, dice Juan Pablo Díaz, psicólogo de Colegium.
Para que la armonía familiar no se vea afectada por esta situación, Díaz, recomienda algunos tips para poner en práctica y fortalecer la convivencia:
- Crear espacios de conversación e instancias para compartir, además de las tareas obligatorias, como el trabajo y las actividades escolares.
- Buscar la forma de comer juntos al menos una vez al día: en circunstancias normales, es muy difícil coincidir en el desayuno o el almuerzo, sin embargo, esta nueva realidad trae consigo la posibilidad de compartir alguno de estos momentos.
Muchas veces será necesario cambiar los propios hábitos para acomodarse a los demás, sin embargo, es un esfuerzo que vale la pena hacer.
- Organizarse como familia para desenvolverse en este nuevo contexto; distribuir las funciones, proveerse de espacios, establecer acuerdos, entre otras cosas. Esto es importante ya que hoy el hogar adoptó un carácter polifuncional, que hace mucho más compleja la convivencia y el uso del espacio.
- Encontrar un pasatiempo que puedan compartir todos y utilizarlo para divertirse juntos al menos una vez a la semana. Un juego de mesa, una película, una lectura interesante, son solo algunas de las alternativas que pueden servir para descontracturar la rutina.
- Es importante mantener un equilibrio entre la rutina y el cumplimiento de las responsabilidades, aún en el contexto actual de cuarentena y encierro, al mismo tiempo que tener espacios de esparcimiento, desarrollo personal y convivencia.
Esto nos desafía a encontrar nuevas formas de ocupar el tiempo y la energía. El hecho de estar más tiempo en casa, no significa que haya que trabajar o estudiar más, también puede ser aprovechado para desarrollar aspectos personales y/o familiares que antes no tenían lugar.
- Es normal estar con un ánimo más irritado, ya que se han visto coartados muchos espacios de la vida y, en muchos casos, esta situación no se ha presentado libre de complicaciones. Es fundamentar que como grupo familiar se ayuden a manejar los afectos, tolerando y conversando sobre los distintos sentimientos que se presentan, para canalizarlos mejor, evitando la sobrereacción y los conflictos.
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La socialización de los niños durante el aislamiento
Si bien la tecnología -tanto las distintas plataformas de videollamadas como las redes sociales- ayudan a mantenernos en contacto con nuestros amigos y afectos, algunos niños, quizás demasiado pequeños, aun no se sienten lo suficientemente integrados a un grupo como para hacer uso de ellas por fuera de las clases virtuales destinadas al aprendizaje. “En estas circunstancias que estamos atravesando es muy probable que los niños experimenten sensación de soledad o tristeza en algunos momentos. Para poder contrarrestar los efectos que tiene el aislamiento, es importante que la familia, además de contener a los niños, también pueda seguir fomentando valores como la amistad y el compañerismo a través de juegos, cuentos y charlas”, plantea María Fernanda Díaz, encargada del área pedagógica de Colegium.
Para la profesional, una de las opciones es que desde las familias y las instituciones se traten de fomentar instancias virtuales de encuentro entre los chicos para generar un espacio lúdico, divertido y distendido que trascienda lo escolar y contribuya a fortalecer los lazos de amistad. “Desde el colegio o los grupos de padres también se pueden organizar juegos online, cine debate o picnics virtuales en donde los niños cuenten qué es lo que están haciendo durante la cuarentena y qué cosas nuevas aprendieron”, plantea Díaz. Además, remarca la importancia del juego, ya que permite fortalecer los vínculos familiares, ayuda a mejorar el estado de ánimo y es una oportunidad para enseñarles a los niños a jugar limpio, respetar al resto de participantes, seguir las normas, ganar con honradez y también a saber perder. Por otro lado, también se fomentan ciertas habilidades sociales, como la cooperación y la resolución de conflictos, fundamentales para construir lazos de amistad.