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Como cada viernes queremos proponerte una actividad para el fin de semana. Hoy la invitación es a practicar yoga en familia. Existen clases especiales para integrar a cada miembro del grupo familiar y poder tener este momento compartido. Todos los que participen obtendrán muchos beneficios que te contamos a continuación.

La vida actual es muy agitada y muchas veces los padres no tenemos un momento para pasar en real conexión con nuestros hijos. O si nos tomamos ese tiempo para ellos, nuestro cuidado y actividad física quedan relegados. Pero, ¿qué pasa si encontrás una actividad que permita unir las dos cosas?

Pensando en eso, para este finde te proponemos iniciar la práctica del yoga en familia. Esta actividad reporta muchos beneficios en sí misma pero si lo hacemos en compañía de nuestra pareja e hijos las ventajas se multiplicarán.

Yoga significa “unión” y esa es una de las principales ganancias que tendremos. La clase de yoga compartida será una instancia donde los adultos y los niños podrán tener una experiencia en común, que los beneficiará en diferentes planos.

En estas sesiones especialmente preparadas para hacer en familia, las preocupaciones y prisas se dejan de lado generando un ambiente de compañerismo, respeto y comprensión.

Las clases están muy relacionadas con lo lúdico, son dinámicas y se basan en la búsqueda de la conexión padre/madre- hijo.

No hay restricciones en cuanto a la edad de los niños. Se pueden comenzar a realizar prácticamente desde que son bebés y hasta en la adolescencia.

 

Beneficios

Una sesión de yoga en familia aportará importantes beneficios a grandes y chicos. Los adultos podrán entrar en el mundo de los niños a través de lo lúdico y los pequeños podrán compartir con sus padres su forma natural de desenvolverse en el mundo. Ellos son juego, alegría, inocencia, fantasía y los grandes podremos entrar (de nuevo) a ese lugar que seguramente nos remontará a nuestra infancia.

La práctica no está condicionada solo a padres e hijos. Es posible también sumar a otros miembros de la familia y esto resultará una excelente oportunidad para fortalecer los lazos intergeneracionales.
Uno de los principales beneficios es poder compartir tiempo de calidad donde se mejore el vínculo mediante el conocimiento y aprendizaje mutuos.

El yoga familiar actúa en cuatro planos diferentes. En lo físico, nos ayudará a mejorar nuestra condición trabajando la flexibilidad y la fortaleza de nuestro cuerpo.  Podremos mejorar la circulación de la sangre y reforzar las funciones cerebrales, además de es beneficioso para otros sistemas del cuerpo como el endócrino.

El plano emocional es donde más ventajas se obtendrán. El yoga en familia permite desarrollar  valores como el respeto, la entrega, la colaboración o la escucha. En este último punto se logra tanto la escucha propia (de nuestro cuerpo y sus necesidades) como la escucha y atención a las necesidades de los demás. Esto le dará a cada miembro de la familia la importante capacidad de empatía.

El yoga familiar es especial para robustecer la confianza mutua. Mejora también las habilidades de comunicación de la familia, beneficio especialmente útil cuando los hijos están en su adolescencia, tiempo en que les cuesta comunicarse de forma efectiva con sus padres (y a la inversa). El yoga puede ayudar a romper muros.

El trabajo del yoga es muy importante también desde lo mental. Con su práctica favoreceremos la claridad, la concentración y nos permitirá situarnos en el momento presente. Para los chicos, adquirir la capacidad de concentrarse será fundamental, tanto ahora como a futuro.

Las técnicas de respiración que se trabajan ayudarán a padres e hijos a manejar mejor los momentos de ansiedad o enojo. Algo muy necesario en estas épocas de cuarentena.

El último plano que se trabaja es el espiritual, al contribuir a despertar el amor y respeto por uno mismo y hacia el mundo que nos rodea.

La invitación está hecha y ya conocés todo lo bueno que el yoga en familia puede aportar. ¿Comienzan este finde?